Editorial Sevilla

Ybarra como ejemplo

Ybarra no ha esperado para iniciar su nueva fábrica a subvenciones y las Administraciones han agilizado los permisos para que abra cuanto antes

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Recientemente, las mayores empresas industriales de Sevilla pidieron a la Junta de Andalucía que sustituyera la política de concesión de subvenciones económicas por la de incentivos a la inversión. Pues bien, el grupo Ybarra Alimentación podría acabar incluso trascendiendo ese tipo de criterios, ya que, de momento al menos, ha acometido con fondos propios y con préstamos bancarios, sin exigir por tanto la aportación de recursos públicos, la inversión de 40 millones de euros que costará la nueva fábrica de envasado de aceite, salsas y mayonesas que sustituirá a la que fue pasto de las llamas en el incendio del verano pasado.

De nuevo, en este caso un problema, enorme por cierto, ha acabado convertido en una gran oportunidad. De las cenizas de la anterior factoría surgirá la más moderna en su género en Europa, con el doble de superficie, laboratorio de Investigación más Desarrollo, líneas con nuevos productos adaptados a las actuales tendencias del mercado (más ecológicos, antialérgicos) y un almacén que cuadruplicará en tamaño al anterior.

Las Administraciones, especialmente el Ayuntamiento de Dos Hermanas, han colaborado de una forma mucho mejor e ideal que dando subvenciones: agilizando al máximo los permisos para que entre el fuego y la apertura de la nueva factoría no pasen más de dieciocho meses. Y si esto ha sido posible con Ybarra, ¿por qué no así siempre?

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