A veces hay que tener un poco de fe en la Justicia y no darse por vencido a las primeras de cambio, sobre todo, cuando las razones son de peso. El Juzgado de Primera Instancia número 7 de Granada dejó ayer sin efecto el último Congreso Provincial del PP granadino en el que Sebastián Pérez salió reelegido como presidente, y acordó retrotraer el proceso a su inicio por infracción de la Ley de Partidos Políticos y del reglamento de organización de esta formación. La sentencia ampara al concejal del PP en el Ayuntamiento de Granada Juan García Montero que denunció por supuestas irregularidades este proceso congresual, en el que aspiró a liderar el partido. ¿Les suena, verdad? Habrá que preguntar a Miguel Moreno y a todos los que lo apoyaron si valió la pena retirar la denuncia interpuesta aquí en Jaén, también por presuntas irregularidades, ante las presiones del partido a nivel regional y nacional. La diferencia entre Granada y Jaén salta a la vista. Allí un nuevo congreso con todos los focos encima y aquí, cambio de siglas y de colores en un trasvase que aún no ha terminado de plasmarse en todo su esplendor. Jaén siempre es diferente. Jaén, tarde o temprano, siempre sucumbe al chantaje y a la presión. No será la última vez.
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