A veces nos olvidamos de que justo al ser eliminados del playoffs de ascenso ante el Mirandés, aún casi sin poder hacer la digestión de la oportunidad perdida, la mayoría (y tan mayoría) de jugadores del Recre dijeron adiós en las redes sociales. Lo cierto es que sólo una semana después hacías cuentas y tenías a cuatro en plantilla. Sea cual sea el motivo por el que sucedió eso, algo de lo que ahora no quiero hablar, lo cierto es que éramos muchos (me incluyo) los que nos preocupamos por eso. Y no era por no poder rellenar los huecos a base de fichajes, algo que tengo que admitir que Zamora superó en mis expectativas, si no en el significado en el “tiempo” que conlleva eso. El Recre es un equipo nuevo, pero en la mayor exageración de la palabra. Y llevamos cinco jornadas con tres victorias y dos derrotas… lo cual, siendo realistas, no está nada mal. A veces nos creemos que esto es una continuidad con el año pasado y hay que rendir a la perfección en todas las líneas desde el inicio. Claro que hay fallos defensivos, claro que hay jugadores que nos han generado dudas y claro que hay bajas que esperamos con ansia que se recuperen. Pero lo mejor que tenemos es que esto acaba de empezar y estamos puntuando.
El gol en el último suspiro de Chuli es un regalo para todos. Son tres puntos en la tabla, pero también se traducen en confianza. Confianza en un sistema, en jugadores que creen en sus posibilidades (el propio Chuli que perfora la meta y Carlos Martínez con su asistencia), en un equipo que ya lleva dos partidos con la portería a cero, y en un partido que se ha podido competir con bajas importantes como Óscar Ramírez, Rivero, Alfonso o el aún no debutante Rubén Cruz. Tengo clarísimo que el conjunto de Monteagudo irá a más, que cada vez será mejor, y los errores se irán salvando poco a poco. Ojo, la exigencia es buenísima, pero hay que saber medirla en el entorno real.
Siempre me pongo la fecha límite de la jornada diez para juzgar al equipo. Es un cuarto de competición y ya se ven cositas. A día de hoy, en la jornada cinco, mis expectativas son buenas. Eso no quiere decir que ganemos de calle, que no suframos (es el sino del Decano), si no que me basta con tener la sensación de que sí le podemos ganar a cualquiera.
Ahora, ante el Don Benito es otra opción para refrendar nuestro gran estado como locales y para seguir motivando a una afición deseosa de tener un año “placentero”.
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