Que el Recreativo no acabe en playoffs sería una macabra broma de algún demonio. Es prácticamente imposible, y más con la racha de imbatibilidad que cosechamos, que no acabemos entre los cuatro primeros. Conseguido ese objetivo siempre es bueno mirar atrás. Esta vez no voy a irme demasiado al pasado, a aquellos frenéticos partidos por la supervivencia en la categoría y no caer a Tercera, si no al comienzo de esta racha. Mi mantra personal era: “tranquilidad, que queda mucho todavía”, cuando llevábamos unos cinco partidos sin perder. Se repitió a los diez encuentros consecutivos con el añadido de “el Cartagena es inalcanzable, el objetivo es estar entre los cuatro primeros en la última jornada y después Dios proveerá”. Ya luego me mantuve en silencio, porque la costumbre de puntuar, de ganar, de defender como jabatos, era un argumento suficientemente sólido. Y porque el resto, a excepción del Melilla, no pueden aguantar este ritmo. Incluso a pesar de los empates ante San Fernando y Marbella, en partidos que dolieron por las formas, no eran suficientes para bajarnos los ánimos. El Recreativo de Salmerón ha superado, sin ninguna duda, todas mis expectativas. No hay que vacilar al decir que nuestro estilo es del más puro catenaccio: aquí lo primero es no perder y luego generar lo suficiente para ponernos por delante. A veces estamos más acertados en ataque y a veces menos, pero la temporada de goles que no está regalando Caye Quintana (¡qué bueno que volviste!) sirven para desnivelar la igualdad en muchos casos. Y a eso le sumamos el final del expediente X más raro, porque este equipo es un equipo de rachas, pero nadie se imaginaba que hubiera estado todo un año sin recibir un penalty a favor. Ahora van dos seguidos. ¡Ante todo que la racha de no perder siga! Para mí ahora, y no sé si ustedes lo compartirán, la prudencia sigue siendo la base del éxito. La humildad, como siempre la hemos llamado, el esforzarnos hasta el límite. No ser humilde por no tener para pagar, si no ser humilde de no detenernos hasta conseguir cruzar la meta, trabajando con el mismo esfuerzo (o más) que desde el primer día. Y creo que esta plantilla lo tiene, además de unidad entre jugadores (qué verdad es que con buen ambiente todo funciona). Por eso, sin dejar de valorar todo lo conseguido, hay que seguir cumpliendo objetivos: luchar por el liderato y no perder. Quizás lo segundo tiene tanta importancia como lo primero. En un sistema de playoffs ser imbatido es crucial. En definitiva, prudencia, trabajo y a seguir como estamos, que ya eso es muy bueno. Y a pensar en el Atlético Sanluqueño.
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