El preconcurso de acreedores que Abengoa presentó el pasado miércoles coincidió con el día fijado por la empresa para firmar, en Madrid, el contrato con la firma pública Saudi Electricity Company el que hubiera sido el mayor contrato de su historia para construir una central de gas en Arabia Saudi por 1.800 millones. La formalización de la situación de insolvencia técnica (preconcurso) dio al traste con esa firma, ya que la empresa no tiene ya capacidad económica para avalar ni financiar ningún proyecto.
La coincidencia de ambas fechas ha sido así fatal, ya que a la cartera de más de 8.000 millones de euros con que cuenta la empresa en obras se le hubieran sumado los 1.800 millones para levantar una central de 1.000 Mw de ciclo combinado, con un campo termosolar anexo de otros 50 Mw. Abengoa ya ha construido centrales de este tipo en Argelia y Marruecos.
La descoordinación entre la formalización de este macrocontraro -que Viva adelantó el pasado 9 de noviembre- y la presentación del preconcurso podría deberse a las prisas desatadas en Abengoa por protegerse judicialmente ante las informaciones de que algún proveedor podría solicitar concurso forzoso. El juzgado habría asumido entonces la gestión de la empresa, desplazando a la cúpula actual, a través de un administrador concursal.
Goirigolzarri
En paralelo, y en medio del debate público y político sobre el papel que debe de jugar el Estado en la solución a la crisis de Abengoa, se pronunció el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. El primer directivo de la antigua Caja Madrid, rescatada por el Estado en 2012 con 24.000 millones de fondos públicos del rescate europeo, aseguró no ser partidario de un rescate público en Abengoa, cuyo futuro, en su opinión, pasa por una inyección de capital de un tercer inversor. “Las ayudas públicas me parece que son un tema complicado. Pueden ser ayudas publicas temporales, pero desde luego no veo un rescate publico de Abengoa. No lo veo y no me parece bien que se haga”, explicó en una entrevista radiofónica.
Existe, una diferencia “importante” entre un rescate público a la banca y a una empresa de renovables, ya que cuando se ayuda a una entidad financiera no se está rescatando a los accionistas, sino a los depositantes. “Esa es la gran diferencia y esa es la razón por la cual se rescata a los bancos”. Coincidió con el ministro de Economía, Luis de Guindos, en oponerse a las indemnizaciones percibidas por la cúpula de la compañía antes de solicitar el preconcurso de acreedores.
En su opinión, el futuro de la compañía sevillana pasa por una inyección de capital procedente de un inversor tercero a lo que se suma un plan de reestructuración “complejo, difícil, pero posible”. “Creo que Abengoa tiene una serie de activos muy importantes y con mucho valor, sabe realizar actividades de gran complejidad técnica y eso tiene mucho valor”.
En el plano empresarial, prosigue la reestructuración societaria. Dos fondos suizos con los que Abengoa comparte el capital de la empresa asturiana de fabricación de espejos solares Rioglass han anunciado su intención de tomar el 100% de la empresa -ahora controlan algo menos del 50%-. Rioglass es un proveedor estratégico para Abengoa y cuenta con otras dos plantas en Arizona y Suráfrica, ligadas a sendos proyectos de grandes plantas termosolares del grupo andaluz.
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