La convocatoria de nuevas elecciones legislativas sorprende a los diferentes partidos políticos en Andalucía, tal vez, demasiado pronto. A los que conforman el gobierno, PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, sin que apenas les haya dado tiempo a cosechar resultados objetivos por su labor al frente de la Junta de Andalucía. Y a la oposición, otro tanto de lo mismo. Al PSOE de Susana Díaz le pilla esta cita con las urnas sin margen alguno para pensar que han podido superar esa especie de luto que arrastra desde que fueron desalojados del gobierno andaluz. Adelante Andalucía, igualmente, no hatenido margen para consolidar la nueva etapa iniciada bajo esa nueva marca y tras la marcha de uno de sus principales artífices como es el caso de Antonio Maíllo mientras que su líder actual, Teresa Rodríguez, parece necesitada de más espacio para materializar su deseo de plena autonomía ante Unidas Podemos.
Desde luego que las principales miradas se centran en los que están ya en el poder. Juan Manuel Moreno, que cosechó uno de los peores resultados de los populares en las pasadas autonómicas, aupado, ahora, a la presidencia de la Junta de Andalucía, se ha convertido en uno de los más destacados barones del PP. Y, además, en el momento en el que se requiere una convergencia total de la derecha para enfrentarse a la izquierda con más garantías de éxito. El entendimiento aquí establecido es el prolegómeno más adecuado de Pablo Casado que pretende cerrar un acuerdo total, bajo una misma formulación electoral, con los de Albert Rivera, algo que, de momento, está aún por ver. Aún así, aquí en Andalucía, PP y Cs aparecen como una misma cosa. No se perciben diferencias sustanciales en la acción de gobierno lo que supone que sea el PP, el más grande y más experimentado, el que estérentabilizando en mayor grado su presencia en las instituciones andaluzas.
En Ciudadanos un buen resultado en Andalucía es lo que puede mitigar las últimas desafecciones surgidas tras los bandazos de Rivera. Así que su líder aquí, Juan Marín, tendrá que demostrar que sabe obtener el provecho electoral adecuado a esa posición de privilegio que ocupa con la vicepresidencia de la Junta y varias consejerías. En definitiva, las distintas fuerzas pasan ante las urnas el contraste más riguroso a pesar de que lo se decide es el gobierno de España no el andaluz, precisamente. Lo cierto es que, una vez más, Andalucía será el territorio decisivo, el lugar que ha de contribuir de forma clave en la configuración de una nueva mayoría. Esperemos, eso sí, que ésta sea la definitiva.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
