Decepcionante y frustrante para la ciudadanía son las pocas ganas que le ponen el alcalde y su equipo de Gobierno Popular al análisis de los problemas y a la capacidad para ejecutar propuestas de futuro para Jaén. Hurtado el debate y desaprovechadas las oportunidades que nos brinda la Democracia, la opción escogida para celebrar el Debate del Estado de la Ciudad, fue equivocada, insultante y desprovista de la importancia y solemnidad que se necesita para darle un giro radical a Jaén. Y es que el alcalde ha debido entender que no nos merecemos que se tomen en consideración y aprueben actuaciones encaminadas a intentar sacar a la ciudad del lastre oscuro y ruinoso en el que hace tiempo la enterraron. Los sinsabores acumulados de este mandato no pueden prolongarse hasta el infinito. Hay que parar y poner por delante la solución para los problemas de la ciudadanía y esa es la labor del Ayuntamiento aunque sea difícil, aunque sea un esfuerzo titánico. Se debe insistir en darle al Estado de la Ciudad una oportunidad y sacar de los cajones asuntos aprobados en años pasados para ponerlos en funcionamiento. La nefasta gestión económica de las arcas municipales, de la que son responsables los populares, no puede servir siempre de excusa para no hacer nunca nada. Un solo presupuesto en tres años define de forma bastante clara la incompetencia de quien ostenta el gobierno. Las prioridades, el modelo de ciudad se sustentan además, en la participación y consenso con la ciudadanía y con la oposición. Los compromisos deben cumplirse. Ese es el contrato que se tiene con la gente. Queda poco tiempo y son muchos los encargos pendientes. La limpieza de los barrios, el control y la transparencia de los servicios públicos, nuestro Casco Histórico, la ordenación o la agilización en la concesión de licencias urbanísticas. Si el equipo de Gobierno, lograra contagiarse de algo de voluntad por querer cambiar las cosas y hacer de Jaén una ciudad amable, en la que los sueños de prosperar no sean ciencia ficción, los jienenses tendríamos alguna oportunidad de superación frente al desasosiego de ver como nuestra ciudad se abandona hasta la decadencia. Si la estrategia política del PP fuera la del esfuerzo y la pelea por inversiones y no la de confrontación permanente con los Gobiernos de otras Administraciones, Jaén tendría el futuro próspero que nos merecemos.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
