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Llega a los cines "La Hija", una historia de obsesión y amor perverso

La última película de Martín Cuenca cuenta con Javier Gutiérrez y Patricia López Arnaiz como protagonistas

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Una pareja desesperada por no poder tener hijos, una conflictiva adolescente embarazada que no está lista para ser madre, una casa abandonada en la sierra de Cazorla y un plan tan frágil como brutal. Estos son los ingredientes de “La Hija”, la última cinta de Manuel Martín Cuenca que se estrena este viernes en los cines.

Después de su paso por los festivales internacionales de Toronto y San Sebastián, el último proyecto del cineasta almeriense (“El autor”, “Caníbal”, “La flaqueza del Bolchevique”) llega a las salas, con Javier Gutiérrez y Patricia López Arnaiz como protagonistas, acompañados de la debutante Irene Virgüez.

En él, Martín Cuenca, maestro de las obsesiones, se sumerge en la que lleva a Adela y Javier a idear un plan para desafiar a la naturaleza y convertirse en padres, cueste lo que cueste y siempre “en el nombre del amor”, cuenta a Efe Javier Gutiérrez en una entrevista. Puesto que la niña no está preparada para ser madre, ellos cuidarán de su bebé.

La película es “un cuento de buenos contra buenos” en el que “no hay un villano desde un punto de partida” porque “la intención de ellos es buena, ellos no pueden tener un hijo, la naturaleza no les ha concedido ese favor y luchan con todas sus fuerzas porque desean fervientemente tener un bebé”, explica.

La “mejor opción” que encuentran es ”hacerlo a través de esta niña, con un pacto muy frágil que estalla en mil pedazos a la mínima”, añade el intérprete, ganador de dos premios Goya al mejor actor, uno de ellos por la cinta del propio Martín Cuenca, “El autor” (2017).

“La hija” habla sobre todo de esa “cara B” que “todos los seres humanos tenemos”. “Detrás de una sonrisa amable y una apariencia normal, puede esconderse el ser humano más deplorable”, asegura Gutiérrez.

Martín Cuenca ha hecho, sobre todo, una viaje hacia “lo siniestro como concepto”, apunta a Efe por su parte Patricia López Arnaiz. “Tu vida es normal, todo es normal, tienes unos pilares. Los malos son otros, esas cosas pasan allí, hasta que un día (lo siniestro) irrumpe en tu vida”.

“Y eso es lo que vemos en esta historia, lo que le pasa a mucha gente, y lo que cualquier día podría pasarnos de alguna manera. La irrupción de lo siniestro, que es lo que le gusta investigar (a Martín Cuenca), las sombras de la naturaleza humana, que están dentro de cada uno de nosotros”, apunta.

Y es que el cineasta está convencido de que la mayoría de las personas no dudaría en comportarse como la maquiavélica pareja. “Cualquiera de nosotros nos tendríamos que ver en la situación y entonces habría que ver lo que hacemos”, apunta a Efe.

“De hecho, la ética y los grandes seres humanos normalmente en los grandes momentos de dificultad se elevan sobre la dificultad, trascienden su propio egoísmo, su propio deseo, su propio miedo y actúan éticamente. Pero por desgracia esos son la minoría. La mayoría se autojustifica y sigue lo que le dicta la sociedad, la política, la convención, el miedo… Yo creo que ellos son muchísimo más cercanos a cualquiera de nosotros de lo que parece y eso es lo que es perturbador en la película”, agrega.

La historia de “La Hija”, cuya banda sonora y canción original han estado compuestas por el grupo Vetusta Morla, se vio totalmente atravesada por la pandemia. El rodaje de la cinta comenzó a finales de 2019 y se vio interrumpido y su estreno en cines ha sido pospuesto una y otra vez, por lo que las ganas del cineasta de estrenar en salas son enormes, cuenta.

Este ha sido el primer proyecto para Irene Virgüez, que fue elegida por Martín Cuenca tras un largo proceso de casting. “Cuando la vi por primera vez en la primera prueba me pareció que tenía algo muy especial, una inocencia y al mismo tiempo una perturbación. Es algo irracional que transmite, que no sabes muy bien qué le está pasando, qué quiere, y esa ambigüedad de ella me parecía magnífica”, explica el cineasta.

“A él le gusta trabajar con el menos es más, retener, que la actuación sea natural, no de gestos y cosas físicas, sino que sea más guardada y que transmitas más incluso con los ojos. Eso yo lo llevo desde siempre, porque en general en mi vida soy muy poco expresiva y tímida”, cuenta a Efe la joven, que hoy tiene 16 años e hizo la cinta con 14.

El retraso en el estreno, apunta, le ha permitido poder entrar en el listado de actrices pre nominadas para el Goya a la mejor Actriz Revelación (solo los mayores de 16 años pueden entrar), cuya lista definitiva de candidatas se conocerá el próximo lunes.

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