Fuentes oficiales de la Guardia Civil explicaron que la embarcación fue avistada “aproximadamente en el contradique de Hanjin” y a la vista de la patrullera “arrancó motores” hacia Gibraltar”. Tras interceptarla, un guardia civil se subió y pidió la documentación a los ocupantes, además de iniciarse una inspección para corroborar si habían faenado. No se halló nada. Confirmaron que fueron los ocupantes de la embarcación los que llamaron a la RGP, que les ordenó que abandonaran las aguas.
Al proseguir los guardias civiles un agente gibraltareño entró en la embarcación, que “perdió el equilibrio y se cayó al suelo”. Finalmente, la Guardia Civil dejó la embarcación, sin que hubiera “insultos ni agresiones” y sin denunciar al barco inspeccionado.
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