La localidad gaditana de Trebujena, de donde era oriundo Manuel Tundidor Cabral, vive hoy la primera de las tres jornadas de luto oficial que han sido decretadas por el Ayuntamiento en señal de duelo tras ser rescatado ayer el cadáver del estudiante en un río de la Amazonía ecuatoriana.
El alcalde de Trebujena, Jorge Rodríguez, ha explicado a EFE que el cuerpo del joven, de 30 años, que estudiaba Enfermería en la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta, tardará "como mínimo" tres días en llegar a esta localidad de la sierra de Cádiz en la que el estudiante vivía con su madre y su hermana.
Con otros seis compañeros, había viajado el pasado 31 de marzo a Ecuador para hacer un mes de prácticas en la localidad de Puyo antes de graduarse de sus estudios.
El pasado viernes desapareció arrastrado por la corriente del río, en una zona conocida como la Laguna Azul que el grupo había ido a visitar en su primer día de descanso, y tras cinco días de búsqueda el cuerpo fue localizado ayer.
Su madre y su hermana Margarita esperaban "una mala noticia" pero, aún así, "cuando te lo dicen, cuando te la confirman, aflora toda la tristeza de la situación" y el agotamiento de cinco días de angustiosa espera, ha señalado el alcalde.
La desgracia ha vuelto a teñir a esta familia de Trebujena (Cádiz) que hace unos cinco años perdió a su padre en un accidente de coche.
El alcalde de la localidad ha trasladado la gratitud del pueblo con la gente, las instituciones y los cuerpos que han trabajado estos días en la búsqueda de Manuel Tundidor: "Estamos muy agradecidos, no han descansado y lo han conseguido. Tanto el pueblo como la familia de Manuel queremos agradecer su enorme trabajo".
También ha extendido este agradecimiento a los seis compañeros de Manuel Tundidor que, tras presenciar su desaparición, han trabajado incansablemente como voluntarios de los equipos de búsqueda y rescate.
El consulado general de España en Quito ha comenzado los trámites para la repatriación del cadáver del joven, que su pueblo, de unos 7.000 vecinos, aguarda para poder despedir a este vecino que, como dj, solía alegrar con música la mayoría de las celebraciones y eventos de la localidad.
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