Si algo nos une a todos por igual, demócratas, republicanos, vikingos ultraderechistas como los populistas de Verdadero Finlandés, socialistas españoles de Sánchez o Díaz, errejonistas, defensores del Brexit o lo contrario, extremistas de izquierdas o derechas, independentistas catalanes o vascos, patriotas españoles o andaluces, personas en general humanas y, por tanto, ciudadanos libre pensadores en la tarea de votar es que todos, sin excepción, en algún momento del día o, como mucho, de cada dos, visitamos el asiento marmóreo pétreo conocido también como trono que, cómo no, tiene su Día Mundial y es este 19 de noviembre: Día Mundial del Retrete. Ahí es nada. Soltar lastre, deponer, evacuar, hacer de vientre, el ejercicio sencillo y necesario de aliviar masa corpórea y su dinámica es quizás de lo poco que a todos nos une por igual porque muy científico no es y la mecánica no ofrece alternativas, eso y el hecho de que durante el proceso íntimo, corto o largo dependiendo del gusto, repasamos mentalmente cosas que nos importan, inquietan, asustan. Aquello que debemos hacer de inmediato o, quizás y coincidiendo con el momento cumbre del proceso, la deriva lúgubre hacia la que camina el mundo, qué asco, piensas mientras mides el fétido aroma de, también, este presente. El mundo, cisterna sonando, se diluye retrete adentro con el auge del reverso tenebroso.
Nueva era. La socialdemocracia se tambalea al mismo ritmo que crecen los radicalismos y la xenofobia, que es tan de derechas como de izquierdas porque habita en los extremos, y lo está haciendo en una época de cambios globales. El radicalismo se impone, los partidos xenófobos se frotan las manos y veremos cómo lo que sucede hoy afecta en comicios próximos -Francia o Alemania-. Y está claro que las empresas demoscópicas no captan el pensamiento social porque este se oculta, pero hoy huye de políticas centradas y se aglutina en bandos opuestos y extremos. ¿Afectará eso en el ámbito local? Tal vez en menor medida, pero los próximos años serán cruciales a la hora de definirse políticamente porque lo que sucede en el mundo pasa también en España, Andalucía, tu ciudad, tu calle. Bandos; los que quieren levantar muros y los que quieren asaltarlos: "Levanten muros de ocho metros y sacaremos escaleras de nueve...".
Congresos. Mientras el PSOE intenta imponer un pause sin fecha para dormitar su crisis interna, fotografiada esta semana de manera muy inquietante por la encuesta del CIS, para ganar tiempo y que éste disuelva la figura de Pedro Sánchez y recupere parte del crédito que en el envite ha perdido la propia Susana Díaz, el PP ha anunciado para febrero el suyo y, todo hace indicar, el del relevo de Cospedal como secretaria general tras ser nombrada ministra ella y su fiel Juan Ignacio Zoido, ex alcalde de Sevilla, premiado así por el esfuerzo que hizo en Andalucía. Algunos señalan la pérdida de empuje de Javier Arenas en su contienda íntima con Cospe; habrá que ver qué sucede en Andalucía, donde habrá congreso antes de verano y está por ver si Loles López, ex alcaldesa de Valverde, continúa como secretaría general o Juanma Moreno instala ahí a alguna de "las niñas". Optan la ex alcaldesa de Adra, Carmen Crespo, Patricia Navarro, vicesecretaria y su íntima Ana Mestre, parlamentaria y concejala del PP en Sanlúcar, todas ellas meneándole el asiento a una Loles que se sale del corte tradicional de "chica PP".
También está Antonio Sanz. Y quien le conoce sabe, trabajador como es, que tiene un plan. Desde luego nunca lo confesará porque está lo suficientemente curtido como para saber que en política lo más torpe es postularse, lo conveniente siempre es mostrarse humilde y dispuesto a trabajar "allí donde el partido me ponga", que es la frase más recurrente del gremio. Pero, dicho lo cual, es evidente que cuando la intimidad asoma, quizás esos instantes previos al sueño, la mente vuela y es posible le lleve a verse casi como ministro, sobre todo tras la cochura que ha cogido de hombre de Estado como Delegado del Gobierno de Andalucía, mostrándose ahora mucho más esbelto tras meses solo de agua y vitaminas. Y si su futuro pasara por Andalucía, el único cargo posible a su altura, tras sacudirse un poco eso de ser el hombre de Arenas, es el que hoy ostenta Juanma Moreno. Sanz está muy bien posicionado con la presidencia del PP de Cádiz, a la que en ningún momento va a renunciar pese al poco tiempo que dispone y a la que se dedica fines de semana sobre todo, y como Delegado del Gobierno en Andalucía para afrontar retos mayores en un futuro próximo y la presidencia de la Junta, sin duda, lo sería. El tiempo dirá, pero a día de hoy sale mucho más en el telediario que el propio Moreno. Y eso lo ve Arenas. Y Moreno.
También circula el comentario de la posibilidad de que nombren a Teófila Martínez con cargo de renombre, secretaria de Estado por ejemplo. A ella siempre le gustaron las relaciones con Latinoamérica y quizás ahora sea el momento oportuno en su carrera política para algo así, todo ello dentro de los muchos cambios que se anuncian en el PP en lo relativo a nombramientos y ceses. Por ejemplo, Zona Franca.
Jerez. El giro dado por Izquierda Unida a su discurso con la decisión de última hora de apoyar la aprobación de los presupuestos municipales de 2016, "por responsabilidad ante la ciudad y para facilitar el desbloqueo de la gestión municipal", pone en situación complicada a Ganemos que, de no apoyar su aprobación, puede quedar como gran responsable del bloqueo y sin casi posibilidad alguna de explicar la causa. Las estrategias de pinzas que sólo huelen a eso no han dado buen resultado a los que la han practicado en la historia, el pueblo victimiza al pinzado y más tarde pasa cuenta de eso. IU lo sabe bien. Por otra parte, habrá que ver los movimientos internos en Ganemos-Podemos porque la fractura parece un hecho, aunque no pública como acostumbra el PSOE. Es posible que dos concejales abandonen Podemos y pasen a Ganemos. El escenario podría estar preparado para su puesta en práctica ante un posible cambio del secretario general de Podemos, Santiago Sánchez. Raúl Ruíz Berdejo, ojo avizor, destensa la cuerda, quizás con la mirada puesta en dos delegaciones municipales como son medio rural y cultura. Se avecina un invierno largo y frío y, de hecho, ya circulan voces de sondeos electorales que midan todo lo sucedido desde las últimas elecciones a hoy y que es mucho.
Cohen. Dance me to the end of love es la letra del fallecido esta semana Leonard Cohen donde relata cómo obligaban a prisioneros, músicos, en algunos campos de concentración durante el holocausto a tocar clásica al tiempo que gaseaban a compañeros en cámaras a solo unos metros. Bailar conmigo hasta el fin de vuestros días. El siniestro músico canadiense parece haber elegido hasta el momento oportuno para detener el mundo y bajarse, poco interesado tal vez en seguir girando con él. Bailar hasta el fin pese a que hoy ese fin se intuya aterrador.
Bomarzo
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