n Uno de los acontecimientos del fin de semana en Arcos fue sin duda la corrida de toros en la que se lidiaron seis reses de la ganadería de Lola Domecq; un acontecimiento porque hacía ya siete años que no se celebraba festejo taurino alguno en la ciudad. Los arcenses respondieron a la convocatoria de su torero Manuel Barea ‘El Arqueño’, que formó cartel junto a José Arcila y Sánchez Vara. De hecho, la plaza de toros, instalada en la explanada de las atracciones de la feria de San Miguel, registró más tres cuartos de entrada pese al impresionante calor de la tarde del sábado, con más de treinta grados en el mercurio. El matador Sánchez Vara, vestido de rosa palo y oro, logró finalmente una oreja y un rabo. El Arqueño, de capote en azabache, tres orejas y rabo, y José Arcila, de morado y oro, tres orejas. El matador arcense Manuel Barea ‘El Arqueño’ toreó con gusto, bajando las manos y la barbilla, meciendo el capote con las muñecas. Ofreció un buen tercio de varas y quite a la verónica. El diestro brindó su faena a la afición local. En un momento dado, echó las rodillas en tierra cuando le vino el toro cruzado, cuyo pitó rozó ligeramente al matador sin ocasionarle daño alguno. Un pequeño susto. El Arqueño destacó en los pases de pecho y al molinete. Utilizó bien la estocada y el descabello.
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