Aunque yo era muy pequeño, jamás olvidaré la situación tan tremenda que vivimos los españoles del 10 al 14 de julio de 1997.
Toda mi familia entorno a una mesa, en la cocina de casa de mis abuelos, pegados a la televisión pendientes de un informativo que nos contaba un suceso inimaginable: el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, edil de Ermua por el Partido Popular, a manos de ETA.
24 años después tenemos que reivindicar la memoria de los justos y explicar a los más jóvenes quién fue Miguel Ángel y qué provocó en toda España, sin excepción, su secuestro y muerte. Fueron días donde todos los españoles compartimos dolor, sufrimiento, desgarro, impotencia, ira, rebeldía e incomprensión pero también una ola unánime de indignación contra la banda terrorista y de inusitada rebeldía cívica, que hizo que saliéramos a la calle, todos juntos, de norte a sur, para intentar salvar su vida, para gritar basta ya, para que ETA no cumpliera su promesa, para frenar el chantaje al que ETA estaba sometiendo a la familia de Miguel Ángel, que se convirtió en la de todos nosotros durante ese martirio a fuego lento al que nos sometieron durante días para acabar con su vida.
Nunca antes España se había unido de ese modo para salir a la calle con un mensaje tan contundente dirigido a ETA. Con las manos pintadas de blanco y con lágrimas en los ojos, nuestra nación hizo frente para exigir que acabaran los asesinatos, para gritar que no teníamos miedo, para exigir justicia desde la unidad más férrea. Hoy, casi un cuarto de siglo después, algunos parecen haberlo olvidado y no podemos permitirlo, porque estaríamos cometiendo la mayor injusticia con nuestra lucha, con la de toda España.
Fueron los terroristas de ETA los que mantuvieron durante días a todo un país secuestrado, provocando el mayor sufrimiento para terminar asesinando a Miguel Ángel, cometiendo uno de los crímenes más perversos porque España no cedió a su chantaje y se mantuvo unida para defender la libertad y la democracia, por Miguel Ángel y por todas las víctimas del terrorismo.
Sin embargo ahora a los asesinos se les trata como si nada hubiesen hecho, sin haber pedido ni tan siquiera perdón. Por eso desde el Partido Popular no podemos olvidar su memoria ni la de todas las víctimas que dejaron en el camino.
Para los que no recuerden quién era Miguel Ángel Blanco os contaré que nació en Ermua en 1968, que se licenció en Ciencias Económicas y que en 1995 se afilió a Nuevas Generaciones, dirigidas en aquella fecha por su amigo Iñaki Ortega, quien le convenció para que entrara a formar parte del comité ejecutivo provincial.
Fue elegido número tres en las listas del PP en las elecciones municipales de mayo en 1995, en las que su partido cuadruplicó sus anteriores resultados en Ermua, logrando su acta de concejal.
Pero lo más importante es que fue un político con valores, ética y moral, y sobre todo amor a su tierra y a España, que decidió militar en el PP porque estaba convencido de que el País Vasco tenía que ser capaz de convivir con España sin tener que soportar las amenazas de los asesinos de ETA.
Su valentía fue utilizada del modo más vil por sus asesinos que solicitaron a cambio de su vida el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi, que si bien no consiguieron por la unidad de España ahora tras 24 años logran con el actual Gobierno de España a cambio de favores políticos de los herederos de ETA, borrando de un plumazo el logro de todo un país que no cedió mientras mataban a uno de los suyos.
Si siempre he utilizado la expresión de "no todo vale en política", estos días cobra más sentido que nunca, porque se están intentando justificar cesiones a los herederos de ETA, aprovechando que hay jóvenes que no vivieron lo que ocurrió en España y lo que pasaba no hace tanto si militabas en el PP o en algún Partido constitucionalista, o simplemente defendías la Constitución.
Por eso es nuestra obligación contarles a todos los jóvenes que en 1997 España se lanzó a la calle para decir BASTA YA, enfrentándose a ETA para decirles con una sola voz que jamás conseguirían sus pretensiones y muchísimo menos utilizando las armas y la muerte como medio.
Nuestro compromiso es firme y seguiremos recordando la muerte de Miguel Ángel Blanco para que jamás haya una generación que no conozca que a quienes hoy el Gobierno de España les concede privilegios hace no muchos años se dedicaban a matar a los que pensaban del mismo modo que nosotros, preservando el legado del concejal de Ermua y de todas las víctimas del terrorismo.
Javier Bello, portavoz y secretario del PP de El Puerto.
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