Con gesto serio y tono implorante, el alcalde Conil, Juan Manuel Bermúdez, apeló nuevamente a la prudencia ante el avance descontrolado del coronavirus en la localidad en un vídeo publicado en su perfil de Facebook el viernes por la noche. Solo dos días antes, el Comité de Alerta de Salud Pública de Alto Impacto resolvió no decretar el cierre perimetral del municipio ni el cese de la actividad no esencial pese a que superaba el millar de casos por cada cien mil habitantes y no ha parado de aumentar desde entonces hasta alcanzar una tasa de más de 1.200.
El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, explicó el viernes que la decisión se tomaba teniendo en cuenta que Conil contaba el pasado 4 de julio con 72.000 personas por el turismo, frente a las 22.400 censadas, de manera que la incidencia acumulada “se diluye”, dando por bueno un argumento expresado, anterioremente, durante la semana, por el presidente de la patronal hostelera Horeca, Antonio de María, y el propio alcalde.
Bermúdez, que celebró esta oportunidad, reclamó a la ciudadanía aprovecharla para “conjugar el sustento diario (no frivolicemos sobre ello diciendo que importa la economía) de miles de personas en nuestro pueblo, con nuestro esfuerzo personal por protegernos y proteger a los que más queremos y, por supuesto, a los miles de visitantes que nos eligen y también se comportan de forma adecuada”.
Pero también decidió pasar a la acción y endurecer las medidas preventivas. Por medio de un bando, el Ayuntamiento declaró el centro “zona saturada”, de modo que el uso de la mascarilla es obligatorio desde ayer al no poderse cumplir la distacia de 1,5 metros entre personas. Igualmente, se ordenó el cierre de parques infantiles y pistas deportivas. En tercer lugar, suspendió el mercadillo de los viernes. Y, finalmente, pidió a la hostelería el cumplimiento de las medidas establecidas e insistió en la prohibición de beber alcohol en la vía pública.
Al respecto, el regidor recordó que el consejero de Salud y Familias “ha afirmado que la mayor parte de los contagios se dan en botellones, piscinas y en las vías públicas”. “Los jóvenes tienen que entender que este tipo de acciones (sin entrar a valorar lo negativo del abuso del alcohol) en el contexto actual pueden repercutir en la subsistencia de todo un pueblo”, reflexionó.
“Nos estamos jugando el verano ahora mismo todos”, admite, por su parte, el delegado en Cádiz de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA), Luis López. No se han producido cancelaciones a raíz del brote en Conil, asegura, pero advierte que “se ha generado mucha incertidumbre en el conjunto de la provincia”.
El sector mira de reojo la cifra de contagios en el resto de localidades turísticas. Tarifa, con 775, triplica el valor que indica el riesgo extremo. Vejer, con 332,8 casos por cada 100.000 habitantes, también supera la barrera de 250. En torno al límite se encuentran El Puerto, con una tasa de 234,5, y Sanlúcar, con 215,3; ligeramente por debajo, Cádiz, con 207,9.
Sin embargo, Chipiona y Rota, en la Costa Noroeste, tal y como indicaba EUROPA PRESS, y pese a acoger en época estival a mucha población de veraneantes, están fuera de peligro. En el caso de Chipiona, solo se han registrado trece casos en los últimos catorce días, lo que sitúa su incidencia en 67,5; mientras que Rota ha contabilizado 29 positivos en dos semanas, situando la tasa en 99 contagios por cada 100.000 habitantes.
Las previsiones para viviendas turísticas, detalla López, son muy elevadas para el mes de agosto en estas localidades. “En torno al 80%”, concreta, sin ocultar su preocupación. “Hay que ser prudentes”, indica Stefan de Clerk, presidente de la Asociación Provincial de Hoteles de Cádiz, que maneja unas cifras parecidas para el sector, y remarca la necesidad de trasladar un mensaje de tranquilidad. “Todo está controlado, se está avanzando en la vacunación, estamos en permanente contacto con la Junta y ofrecemos una oferta segura y de calidad”, subraya. Y reclama control del botellón para atajar contagios.
En este sentido, el presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Jerez, Alfredo Carrasco, considera que recuperar la normalidad de horarios en la restauración y ocio nocturno, que actualmente debe cerrar a las doce de la noche y a las dos de la madrugada, respectivamente, evitaría que se tomaran copas en la calle.
“Desde los bares y establecimientos de ocio nocturno ponemos todo nuestro trabajo en que se cumpla a rajatabla las medidas de seguridad y protocolos anti Covid, por lo que las personas están mucho más seguras en nuestros establecimientos que en la calle, sin ningún control, creándose situaciones de contagio entre la gente joven, que es justo el grupo de edad que no ha comenzado la vacunación”, argumenta.
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