Griñán, que por primera vez en público reconoció que la entidad cordobesa “no está financieramente muy bien”, señaló que el plan de negocios que se apruebe tiene que solucionar los problemas de las cajas sin perjudicar al conjunto del sistema y mantener el nivel de empleo, puntualizando que “sea el que sea, tiene que conseguir una fusión solvente, efciente y rentable”.
Después de que Diego Valderas, de IU, le acusara de haber “arrojado la toalla” a la hora de apostar por una gran caja del sur y pedirle que intervinieses, el presidente añadió que quienes gobiernan las entidades “son las que se gobiernan a si mismas” y señaló que no le preocupa que Cajasol “negocie con Caja Guadalajara, que no es ni el 10 por ciento de Cajasur, pero me preocupa mucho que una institución que no está muy bien financieramente se ponga en manos de Cajamurcia. Esto me preocupa más”.
"No podemos ni ocuparlas ni politizarlas. Sólo podemos negociar con ellas para que sus intereses coincidan con los del Gobierno", sentenció Griñán, quien dijo respetar la decisión de CajaSur pero poner en valor a la consultora Boston Internacional Group, "quizás la más prestigiosa del mundo".
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