El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha puesto en marcha este 2020 un total de once actividades formativas en las que han participado 231 agricultores malagueños. Esta formación la han llevado a cabo cuatro entidades agrícolas: Asaja, impartiendo cinco cursos; COAG, tres; la Asociación Nacional de Comerciantes de Ganado Porcino (Ancorporc), dos, y la Sociedad Española de Agroecología (SEAE), uno.
Estas once actividades, que han supuesto 365 horas de formación, se han centrado en materias como el bienestar animal, podas e injerto, agricultura de precisión con drones o aplicación de productos filosanitarios, entre otros, tanto en modalidad presencial, teleformación y mixta.
Del total de agricultores malagueños participantes, algo más del 32 por ciento han sido mujeres, y casi el 44 por ciento de los participantes, menores de 41 años, según informa la Subdelegación en Málaga en un comunicado.
Estas acciones se engloban en el Real Decreto 347/2019, de 17 de mayo, que establece las bases reguladoras de las ayudas, financiadas por el Ministerio de Agricultura, para la realización de programas plurirregionales de formación dirigidos a los profesionales del medio rural.
La Orden del 1 de octubre de 2019 convocaba ayudas para los años 2019 y 2020 dirigidas a organizaciones profesionales agrarias, de carácter general y de ámbito estatal; organizaciones de mujeres de ámbito estatal y Asociaciones y organizaciones representativas de los sectores agrícolas, ganaderos o forestales, entidades privadas dedicadas a la formación con o sin ánimo de lucro y otras entidades que generen y mantengan el empleo en el medio rural, que realicen actividades formativas a profesionales del medio rural, tanto en activo como en situación de desempleo.
En este sentido, el pasado año 2020, el Ministerio concedió, a nivel estatal, ayudas por un importe de 1.243.405,70 euros. En total, han sido 13 las organizaciones y asociaciones que han resultado beneficiarias de estas ayudas, cuatro de ellas en Málaga.
El Real Decreto 810/2020, de 8 de septiembre, modificó las bases reguladoras de estas ayudas permitiendo a las entidades beneficiarias que pudieran adaptar sus programas formativos, debido a las restricciones de movilidad acaecidas con motivo de la crisis sanitaria del COVID-19.
Por este motivo, la norma contempla como modalidad de formación la denominada 'aula virtual', que se considerará como presencial. Se trata de un entorno de aprendizaje donde ponente y asistentes interactúan, de forma concurrente y en tiempo real, a través de un sistema de comunicación telemático de carácter síncrono que permita llevar a cabo un proceso de intercambio de conocimientos a fin de posibilitar un aprendizaje de las personas que participan en el aula.
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