En una ciudad como Jerez, que cuenta con 27.527 demandantes de empleo, según los últimos datos del Servicio Andaluz de Empleo correspondientes al mes de octubre, hallar un empleo es una tarea bastante complicada. Tan sólo en octubre -el cuarto mes con más bajas registradas-, la localidad sumó 665 parados a una cifra cuanto menos alarmante.
El conflicto laboral que los trabajadores de la fábrica de botellas mantienen con Saint-Gobain Vicasa para evitar el desmantelamiento, por recordar uno de los últimos casos, sitúa en la picota a Jerez, que se caracteriza en los últimos tiempos por ser un lugar donde el empleo y la calidad de éste brillan por su ausencia. Es lo que tiene sustentar la estructura económica sobre el sector servicios y el ladrillo.
Hoy, un grupo de parados del municipio tiene previsto manifestarse a las puertas del Ayuntamiento, que, por cierto, no tiene competencias en materia laboral. Esto es sólo una muestra del descontento que hay. Así, es fácil entender que Ikea parezca la panacea.
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