La importancia del Centro Obrero se encuentra precisamente en un momento en el que la clase obrera es consciente de la importancia de la formación y de un auxilio social. En concreto, según consta en las actas del Centro Obrero, “el obrero don Tomás González, expuso a los concurrentes que, el objeto de la reunión es para tratar de la creación de un Centro de Obreros, necesidad absoluta en esta Ciudad, pues todos los pueblos cultos, deben manifestarse con espíritu de sociabilidad y compañerismo, por lo cual me creo indispensable la creación de dicho Centro: primero porque de este modo habrá recíproco equilibrio entre todos los gremios, y segundo, porque de este modo podremos formar, escuelas aplicadas a las artes y a los oficios que tan necesaria es, para el desarrollo intelectual de la clase obrera; para cuyo fin os propongo y os ruego encarecidamente que, desde este momento empecemos a formar la candidatura, para nombrar la junta organizadora para redactar el reglamento”.
Por sus aulas y sus juntas directivas han pasado ilustres isleños que forman parte de la historia e incluso se tiene certeza de que algunos de los alumnos actuales, también serán referentes en próximos años.
La sede social
La sede del Centro Obrero se encuentra ubicada en el número 8 de la calle Rosario. Un sitio céntrico que fue adquirido en 1912, después de otros locales. En 1946, siendo director otro ilustre isleño como Faustino Ruiz González, se inició la construcción de la segunda planta, quedando el edificio tal como hoy se le conoce.
Los fundadores siempre buscaron la utilidad que obtendría la clase trabajadora al adquirir una instrucción adecuada, en las asignaturas que tuviera más directa aplicación con sus respectivos oficios, de ahí que en este centro se formaran meritorios en el Arsenal de la Carraca, aprendices, maquinistas de la Armada y navales y alumnos condestables, entre otros.
Es más, algunas personas adultas asisten a clase para actualizar sus conocimientos o aprender nuevas tecnologías o artes aplicadas. En una ininterrumpida actuación desinteresada y noble, han pasado por el Centro Obrero ingenieros, médicos, astrónomos, literatos, matemáticos y jefes de la Armada Española. Pero en la historia de este centro no se puede olvidar la apuesta personal de Juan Coello Sánchez, gran impulsor de este centro e Hijo Predilecto de San Fernando, a quien el Ayuntamiento dedicó precisamente una plaza ubicada a escasos metros del Centro Obrero. Juan Coello fue secretario y jefe de estudios, durante muchos años, y director desde 1979 hasta su muerte el 10 de enero del 2001. Actualmente, el centro está bajo la dirección de su hijo, Juan Coello Cruz, quien desarrolla una ingente labor por mantener un centro que hace 125 años desarrolló una importante labor social y educativa.
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