Sanidad ha instado a las empresas a modificar, si es necesario y en la medida de lo posible, la disposición del espacio del centro de trabajo para garantizar la distancia de seguridad de dos metros entre los trabajadores, y entre estos y los clientes o público que pueda concurrir en el lugar.
Esta es una de las medidas organizativas que se contemplan en un documento elaborado por los técnicos de Sanidad, en colaboración con los de Trabajo y Economía Social, además de con asociaciones de la administración pública y de medicina del trabajo del ámbito sanitario.
Esta iniciativa, que se incluye en el "Procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente a la exposición al Sars-Cov-2", deberá ser tenida en cuenta por las empresas, especialmente las que desarrollan una actividad económica no esencial que a partir del lunes vuelven a funcionar.
En concreto, en el texto se dice que la disposición de los puestos de trabajo, la organización de la circulación de personas y la distribución de espacios (mobiliario, estanterías, pasillos...) en el centro de trabajo deberá modificarse, en la medida de lo posible, con el objetivo de garantizar el mantenimiento de esa distancia de seguridad.
En el documento, además, se definen los escenarios de riesgo de exposición al coronavirus en el entorno laboral y, según las consideraciones de los técnicos de Sanidad, expuestos al riesgo está el personal sanitario asistencial y no asistencial que atiende a una persona sintomática, y los técnicos de transporte sanitario si hay contacto directo con la persona sintomática trasladada.
También el personal que trabaja en situaciones en las que no se puede evitar un contacto estrecho en el trabajo con una persona sintomática.
Estos trabajadores deberán usar equipos de protección individual (EPI) biológica y, en ciertas circunstancias, que protejan de los aerosoles y frente a salpicaduras.
Expuesto a bajo riesgo está el personal sanitario cuya actividad laboral no incluye contacto estrecho con una persona sintomática, como por ejemplo personas acompañantes para traslado o celadores, camilleros y trabajadores de limpieza.
Además, el personal de laboratorio responsable de las pruebas de diagnóstico virológico; no sanitarios que tengan contacto con material sanitario, fómites (sustancia que si se contamina puede transferir el patógeno de un individuo a otro) o desechos posiblemente contaminados; y las personas que prestan ayuda a domicilio de contactos asintomáticos.
El personal con este nivel de exposición debe usar también EPI de protección biológica.
Con baja probabilidad de exposición están los trabajadores sin atención directa al público, a más de dos metros de distancia o con medidas de protección colectiva que evitan el contacto, como por ejemplo el personal administrativo, los técnicos de transporte sanitario con barrera colectiva, sin contacto directo con el paciente, o conductores de transportes públicos con barrera colectiva o personal de seguridad.
En este caso, no es necesario que usen EPI aunque en ciertas situaciones, como por la falta de cooperación de una persona sintomática, deben utilizar material de protección respiratoria y guantes.
Estas medidas, no obstante, deben ajustarse a las condiciones de salud de la persona trabajadora, especialmente a la que es sensible para el coronavirus.
Con la evidencia científica disponible a fecha de 8 de abril, Sanidad ha definido como grupos vulnerables para la COVID-19 las personas con diabetes, enfermedad cardiovascular, incluida hipertensión, enfermedad pulmonar crónica, inmunodeficiencia, cáncer en fase de tratamiento activo, embarazo y mayores de 60 años.
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