La Pasión no acaba

Papel de sobresalto

Se torea como se es. Y es cierto. También se pinta como se es. De lo contrario, ¿qué explica que la pintura de Luis Rizo, el pintor del Alcázar de Sevilla...

Publicado: 13/11/2019 ·
22:08
· Actualizado: 13/11/2019 · 22:08
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • Luis Rizo, con su cartel. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

VISITAR BLOG

Se torea como se es. Y es cierto. También se pinta como se es. De lo contrario, ¿qué explica que la pintura de Luis Rizo, el pintor del Alcázar de Sevilla, se muestre noble y serena, alegre y vitalista, directa y llana, amable, risueña y viva, franca, sincera y luminosa? Se pinta como se es. Y se enseña y se vive y se abraza como se es.


Mi amigo desgrana las horas entre aromas de trementina y buches de Coca Cola Zero, que debería escribirse con ce. Su mundo es azul cielo, de Sevilla, y esa sonrisa delata su infranqueable fidelidad a Tere, a su Piedad de Adriano y a la madre que lo parió, bordadora y aún guapa. Luis adora con el alma a Luis, junior, un letrado que mamó educación exquisita y buen gusto. Y adora la vida y la pintura, a la que dedica cada segundo de cada minuto de cada hora de cada latido de su día desde que el alba le recuerda que no merece la pena respirar si no se está pintando. El pintor del Alcázar de la ciudad más hermosa del mundo no me está enseñando a pintar. Me enseña a amar la pintura. A quererla de manera incondicional.


Hace años que Luis Rizo dejó, por fin, de hacer apuntes contables, de firmar créditos, de amarrarse al cuello una corbata tiesa para vivir asfixiado entre montañas de préstamos y objetivos, de libretas y cajeros, de alarmas y desazones. A mi amigo nunca le convenció del todo la banca porque no tiene corazón de banquero. Eso sí, cumplió como nadie porque siempre ha sido hombre cabal, derecho y honrado. Aún no me explico por qué la empresa a la que sirvió tantos años no le ha hecho un monumento, por ejemplo, en la plaza San Martín de Porres.  Sólo de pensar que la defendió como si fuera suya mientras soñaba cada día que el reloj le permitiera regresar con prisa a sus lienzos, a esas tablas que le esperaban como dormidas, deseando que Luis las acariciara y las apretara en su caballete lleno de churretes que indicaban limpieza de pinceles, ya conmueve.


Ando guardando papeles de la temporada, crónicas de toros, lágrimas escritas en papel de sobresalto. Tardes de toros sentado en tantas plazas que ahora no puedo recordar. Son mis apuntes, anotaciones hechas con el corazón entre los pitones de la tarde. Y en mi última crónica del curso aparece un cartel de colores. Son toros en movimiento, vistos desde arriba, como si un hombre siendo niño los hubiera contemplado desde su azotea encarándose los bureles en un corralón. Es una pintura alegre, original, directa y colorista. Como su autor. No me hace  falta ver la firma. Yo sé muy bien quién ha pintado esta delicia. Voy a guardar estos papeles con mimo, que no se arrugue. Yo respeto este cartel porque anuncia toros en la Maestranza, y porque lo ha pintado Luis Rizo. Brindaré con Coca Cola, cero. 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN