Alrededor de 900 menores inmigrantes se encuentran actualmente en los centros de acogida de Andalucía, lo que supone más del 30 por ciento de los residentes extranjeros que hay en España, situación que en algunos casos ha provocado la quejas de la Administración andaluza por el "colapso" de estos centros.
El presidente de la Junta confirmó que abordaría este tema con el ministro del Interior, Chakib Benmousa, en la reunión que mantendría ayer en Rabat.
"El problema es que vamos a hablar de que hay inmigrantes marroquíes que se les detecta el origen familiar y de donde proceden, pero en el caso de conocerse el origen tiene que intervenir el fiscal", explicó.
De estos menores, hay un porcentaje de casos importantes que no quieren regresar, algo que "tenemos que resolver" con el Ministerio del interior, precisó.
El jefe del Ejecutivo andaluz detalló que si el poder judicial no da su autorización los menores "no se pueden repatriar", por lo que aclaró que esta decisión no depende en última instancia de la Junta.
"Debemos frenar que los menores inmigrantes crucen el Estrecho y para ello ambas partes tenemos que incidir en la formación y en la inserción de estos menores", concluyó Griñán.
El Plan de Desarrollo Transfronterizo firmado entre la Junta y Marruecos prevé la puesta en marcha de seis centros en la zona de Tánger y Tetuán, y otros seis en la región oriental en el norte de Marruecos, para lo que Andalucía aportará unos 2,5 millones de euros.
Griñán y el ministro del Interior marroquí abordaron, además de la inmigración, la descentralización administrativa, aunque concretó que las relaciones entre España y Marruecos en materia de inmigración son las de "dos aliados".
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