Andalucía

Sonido de tambores y ruido de sables en el horizonte electoral

La imposibilidad de aprobar los Presupuestos podría ser el argumento de Susana Díaz para acceder a adelantar las elecciones, lo que siempre ha rechazado

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  • Susana Díaz y Juan Marín, en 2015 -
  • Todos los partidos, también el PSOE, se preparan para una inminente contienda en las urnas

Los tambores lejanos de la contienda electoral suenan cada vez más cerca. En la Junta andan hace tiempo haciendo cábalas y buscando en el calendario el martes más propicio para que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, convoque las elecciones autonómicas.

El Gobierno andaluz se resiste a hablar de adelanto electoral, toda vez que las elecciones habrían de celebrarse en marzo a más tardar, y repite como un mantra que hacerlo tres o cuatro meses antes no supone en la práctica finiquitar antes de tiempo la legislatura. Sobre todo, si la propia Díaz ha repetido hasta la saciedad que no adelantará las elecciones. Por más que la legislatura ya está acabada.

De convocarse este martes las elecciones andaluzas, la votación se celebraría el domingo 28 de octubre, coincidiendo con el trigésimo sexto aniversario de la histórica victoria socialista de Felipe González en 1982. En la Junta de Andalucía se han realizado simulaciones, en materia de logística, con la vista puesta también en otras dos fechas: 18 y 25 de noviembre, para lo cual Díaz debería convocar las elecciones el 25 de septiembre o el 2 de octubre, respectivamente. En cualquiera de estos casos, el Parlamento quedaría conformado antes de las fiestas navideñas.

Todas las formaciones andan tomando posiciones en sus respectivos puestos de salida de la carrera electoral. El PSOE vende la estabilidad institucional de este último mandato como su gran logro y se parapeta en las encuestas (que le dan vencedor por mucho, aunque lejos de la mayoría absoluta) y en el efecto Sánchez, que empieza a perder fuerza tras los primeros meses de Gobierno socialista en La Moncloa.

Ciudadanos, por su parte, reivindica su papel de “partido útil” y se arroga la estabilidad que enarbolan los socialistas, al tiempo que la jerezana Inés Arrimadas, ganadora de las últimas elecciones celebradas en Cataluña, asume el papel de referente nacional del partido, al menos en lo que a la inminente contienda electoral andaluza se refiere.

Las encuestas le prometen un crecimiento espectacular, el mayor de todos, pero insuficiente para tener asegurado durante otra legislatura el papel de socio del PSOE. Paradójicamente, que entre a formar parte del Gobierno puede llegar a depender de la formación que más duros mensajes le está lanzando en esta eterna precampaña electoral: el Partido Popular.

El PP es, precisamente, la formación que más se juega en los próximos comicios. Se aferra a los márgenes de error de las encuestas para soñar con la posibilidad de formar Gobierno con Cs. Pero antes tiene que mantener unos resultados y no seguir sufriendo la sangría de escaños que padece desde que en 2012 ganara las elecciones y obtuviera 50 diputados. No bajar en esta ocasión de 30 escaños (tiene 33) sería todo un éxito atribuible a Juanma Moreno, al que los cospedalistas, entre ellos el exministro Juan Ignacio Zoido, que han entrado en la nueva dirección nacional del partido aguardan con los sables afilados.

La estrategia del PP pasa por marcar distancias con la formación que lidera Juan Marín en Andalucía y recuperar el electorado que en los últimos años ésta le ha ido arrebatando. Claro que, si los números salen, luego se tendrían que sentar a negociar.

La ruptura de PSOE y Cs

El divorcio entre el PSOE y Cs, por otro lado, está servido. Hace meses que no se aprueba ni uno solo de los asuntos pendientes del pacto de investidura alcanzado por estas formaciones en 2015. Quizá el PSOE nunca tuvo en mente aprobar una nueva Ley Electoral o acabar con los aforamientos. Por ejemplo. Pero lo firmó.

Y ahora Cs le recuerda que si quiere que le aprueben los Presupuestos al Gobierno, éste ha de cumplir antes lo acordado. No ocurrirá. Ninguno de los hasta ahora socios quiere un acuerdo, realmente.

La falta del mismo permite a Cs desembarazarse del estigma de ser la muleta de Díaz toda la legislatura. Y al PSOE le permite, asimismo, enfrentarse al adelanto electoral como única salida ante la parálisis. Susana Díaz hace tiempo que no dice que les elecciones se celebrarán cuando toca, sino cuando le convenga a Andalucía.

La comisión de la Faffe, pendiente de las elecciones

El pleno del Parlamento deberá debatir la creación de una comisión de investigación solicitada por el PP sobre las irregularidades en el uso de las tarjetas de crédito de la Faffe (utilizadas, entre otras cosas, para abonar servicios en un club de alterne).

En principio, el debate está previsto para la semana que viene. Todos los partidos, salvo el PSOE, se han mostrado a favor de constituir esta comisión de investigación, por lo que presumiblemente ésta se constituirá, salvo que la presidenta disuelva antes el Parlamento.

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