Según explicaron desde la asociación, desde ambos puntos se pudieron realizar diversos avistamientos, en los que se tomaron datos de posición, rumbo, velocidad y distancia de costa, que ahora se analizarán y servirán para poder establecer las bases de un estudio de riesgos reales de colisiones entre buques y grandes mamíferos en el Estrecho.
Este programa, que contó con la colaboración de la Obra Social de Caja Mediterráneo, acogió a más de un centenar de voluntarios, que además de aprender las técnicas de búsqueda de grandes mamíferos desde tierra así como el seguimiento de los mismos, conocieron la fauna singular del Parque Natural del Estrecho.
Para la coordinadora de esta campaña, la investigadora Pauline Gauffier, “esta campaña fue muy positiva a nivel la calidad de los avistamientos de rorcuales y del gran entusiasmo de los voluntarios españoles y extranjeros por aprender nuevas técnicas”, por eso quieren extender esta primera fase del proyecto de conservación de grandes cetáceos a otros años y otras estaciones.
éxito
En cifras, y a la espera de los análisis definitivos de esta campaña, el balance fue “muy positivo” en cuanto a número de voluntarios, así como de número de días en los que se pudo trabajar en condiciones óptimas de visibilidad. Los voluntarios, de diez nacionalidades diferentes, más de una veintena de rorcuales avistados y los lazos de colaboración con entidades de avistamiento de cetáceos realzan los objetivos del Plan Estratégico de Educación Ambiental 2008-2012 en el Campo de Gibraltar, y de la Carta Europea de Turismo Sostenible del Parque Natural del Estrecho.
Esta primera campaña es el primer paso del proyecto de conservación de grandes cetáceos en la zona, que tiene como objetivo “crear un programa informático que prediga las zonas de alto riesgo de colisión con cetáceos en el área del Mar de Alborán”.
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