Aunque con unos minutos de retraso debido a un error de la organización, la Marcha Real volvió a sonar el domingo en París en honor a un campeón español del Tour de Francia. Es el cuarto año consecutivo, tras las victorias de Óscar Pereiro (2006), Carlos Sastre (2008) y Alberto Contador (2007 y 2009) y el duodécimo en toda la historia de la Grande Boucle tras los de Miguel Indurain (1991-1995), Pedro Delgado (1988), Luis Ocaña (1973) y Federico Martín Bahamontes (1959). Contador se confirma así como el dominador actual de la competición y todo hace indicar que continuará siendo el rival a batir en los próximos años, ya que a su excelencia en las etapas de montaña se une un gran poderío en las pruebas contrarreloj. El de Pinto ha ganado las cuatro últimas grandes que ha disputado y a sus 26 años -cabe recordar que Indurain ganó su primer Tour a los 27- ha entrado en la elite de quienes tienen en su palmarés Vuelta, Giro y Tour. Este año, además, ha debido luchar contra sus adversarios -Andy y Franck Schleck- y contra sus enemigos: Lance Armstrong, su compañero en el Astana, y Johan Bruyneel, director del equipo. No en vano ha declarado Contador que siente como si hubiera ganado dos pruebas, una en la carretera y otra en el hotel. La ambición del americano heptacampeón del Tour ha sido tal que, a sus 38 años, ha hecho lo posible por sacar de quicio a Contador con declaraciones que no pretendían sino menoscabar el liderato del español. Lo mismo cabe decir de Bruyneel, que ni siquiera acompañó a Contador en la última crono y prefirió seguir la carrera de su amigo Armstrong, con quien compartirá equipo la temporada próxima. Así las cosas, para 2010 se prevé un nuevo duelo -entonces sin ataduras de ningún tipo- entre un cuarentón y meritorio Armstrong y un Contador en la edad considerada ideal para un ciclista. Asimismo, el madrileño no se ha librado de las acusaciones de dopaje, proferidas sin prueba por el ex triple ganador de la ronda francesa Greg Lemond. Sin duda que un positivo del campeón del Tour sería un durísimo golpe para el ciclismo pero, amparados en la presunción de inocencia, no queda menos que alabar la excepcional categoría de Contador.
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