En septiembre del pasado año, daba cuenta, desde este mismo espacio, del volumen de Philip Levine “News of the world”. Por vez primera, se traducía al español un libro completo del escritor norteamericano (Detroit, 1928 – Fresno, 2015).
Las precisas versiones de Juan José Vélez Otero acercabanel personal universo de este poeta y nos ponían en la pista de un autor que profesó rendida admiración por España y por los vates de habla hispana -Antonio Machado, García Lorca, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Vicente Huidobro…-, algunos de los cuales llegó a traducir al inglés.
Aquel “News of the world” -aparecido originalmente en 2009- suponía su decimosexta y última entrega lírica. Por entonces, Philip Levine era ya toda una institución en su país y había sido reconocido con el premio Pulitzer, el National Book Award -en dos ocasiones- y el United States Poet Laureate.
Ahora, ve la luz, “The Simple Truth” (Valparaíso Ediciones. Granada, 2017), con el que obtuviese el citado Pulitzer en 1995. De nuevo, Vélez Otero, ha desplegado un sabio abanico de recursos liricos para ajustar sus versiones al castellano y salvar los complejos obstáculos que surgen al hilo de las composiciones de Levine.
En su prefacio, el traductor señala: “Esta obra, cuyo título podríamos traducir La pura verdad (…) es una colección de treinta y tres poemas divididos en tres secciones en las que Levine asocia hechos reales con elementos míticos o inventados que responden a la concepción que el autor tenía de la poesía como indagación en la memoria”. Su decir, añade, sirve para “revelar y elaborar historias de la existencia humana en una sociedad no siempre a favor de la mayoría de la base sustentadora de las bases que hacen posible esa realidad, esa pura y sencilla verdad”.
En efecto, la narratividad de estos poemas ayuda al lector a sumergirse en una atmósfera reveladora de la honda conciencia humana de la que hizo gala el poeta estadounidense durante su existencia. Hacer trascendente lo cotidiano fue una de sus grandes virtudes poéticas, de ahí, que en muchas de estas páginas, queden expuestas situaciones aparentemente sencillas, circunstanciales…, pero que crecen y se alzan de la mano y de la pluma de Levine.
El tono coloquial de algunos de sus poemas -con un lenguaje directo e irónico-, su componente autobiográfico y el realismo que gira en derredor de los elementos y actos descritos, completan la identidad de un discurso crítico, nostálgico, solidario: “Todo el mundo sabe que los árboles desaparecerán/ un día y que nada vendrá a ocupar su lugar./ Todo el mundo se ha despertado solo/ en una habitación con una nueva luz y se ha levantado,/ al igual que nosotros, para encontrarse con la mañana./ Cuánto tiempo hemos esperado/ en silencio junto a la carretera/ a que alguien se pare y pregunte por qué”.
En “The Simple Truth” hay múltiples ejemplos del buen hacer de Philip Levine, pero valga como recomendación la imprescindible lectura de “La huida”; un poema de bella hondura, pleno de emotividad, y en el cual sobresale la habilidad de Levine para manejar el tiempo y el espacio líricos: “Venir al mundo en Detroit es como haber sido fabricado/ sin capacidad de discurso (..) Soy americano,/ antes incluso de cumplir catorce ya sabía que tendría/ que crearme a mí mismo”.
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