El debate genérico entre los portavoces de los cinco grupos municipales en Ondaluz TV derivó en un debate fiscal, con dos grandes posturas: la de quienes defendieron la rebaja del 3% (o todavía más, como el PP) del IBI, que supondrá 4 millones menos para las arcas municipales, y la de quienes se opusieron, con la tesis de que su alcance de 40 euros de media por familia es mínimo, pero no así la merma total de 4 millones para mantener los servicios públicos. El único punto en común fue la negativa a que, como insinuó Espadas, se compense la rebaja con la subida del precio del agua y de la basura.
No conocemos a nadie que quiera pagar más impuestos salvo que, como en Amsterdam o los países bálticos, sostengan unos servicios de extraordinaria calidad, sin parangón con los nuestros. Justamente por ser mínima, la rebaja del 3% en el IBI es razonable, y si se sumara a otras similares aliviaría las economías domésticas. Ya se sabe: muchos pocos hacen un mucho.
La cuestión no consiste en que el gobierno tenga que compensar la merma de 4 millones dando sablazos por otro lado, sino en gestionar mejor los recursos infrautilizados que posee el Ayuntamiento (pensemos en tantos contratos externalizados teniendo 5.000 personas en nómina) para no sólo no tener que subir otros impuestos, sino volver a bajarlos. No necesitamos un Ayuntamiento que gaste más, sino que sea más eficaz en el gasto.
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