Se ha puesto de moda hablar de moción de censura. Se trata de un procedimiento, recogido en el ordenamiento constitucional, que permite mostrar la disconformidad del poder legislativo (el congreso de los diputados) con el ejecutivo (el gobierno) y promover, desde un punto de vista constructivo, la nominación de un nuevo presidente del gobierno.
Ha sido Podemos el partido que anuncia la presentación de una moción de censura contra el presidente del gobierno del Estado, Mariano Rajoy, argumentando la necesidad de acabar con la corrupción.
Tras este loable objetivo, Podemos, intenta ocultar su utilización para otros fines partidistas. La moción de censura propuesta no cuenta con los apoyos necesarios para salir adelante, por lo que está encaminada al fracaso, no provocará un cambio de gobierno, desvirtuando el fin positivo de la misma.
Pero, por el camino, se pueden lograr otros objetivos. Por ejemplo, que el PSOE se retrate, y si no la apoya se convierte, indirectamente, en un sostén del PP.
Esta práctica no es nueva. En España se han presentado, hasta la fecha, dos mociones para cambiar el gobierno del Estado. Una la presentó el PSOE en 1980 contra Adolfo Suárez. Sabían que la perderían, pero era una vuelta de tuerca más en la campaña de acoso y derribo diseñada contra la UCD y su presidente.
Y en 1987 Alianza Popular presentó moción de censura contra el gobierno de Felipe González, teniendo como fin principal dar a conocer al nuevo líder de su formación, Antonio Hernández Mancha, ya que con 67 diputados por 184 del PSOE no tenían opción a otra cosa.
Por tanto, Podemos no inventa nada, imita a los que critica y no busca lo mejor para el conjunto de los españoles, tan sólo hacerse notar y, de paso, intentar ocuparle espacio electoral a unos socialistas en horas bajísimas.
A nivel local también pueden registrarse mociones de censura. En El Puerto su minoritaria coalición de gobierno (lo de gobierno es un decir), formada por PSOE e IU, suele animar al PP a que la presente, a sabiendas de que no cuenta con el número de concejales necesario para ello y que difícilmente obtendría apoyo de otros grupos de la oposición como, por ejemplo, Levantemos, de momento en su antípoda política.
Ante esta situación, sin temor a una impensable moción de censura, el Sr. alcalde y su equipo mantendrán la línea política de los últimos dos años: a verlas venir y dejarlas pasar.
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