La Junta de Andalucía no necesitaba muchos argumentos adicionales para lanzar su artillería pesada contra el Gobierno central por el estrangulamiento de la partida de inversiones que los Presupuestos Generales del Estado dedican a la comunidad. No le hacía falta, pero la guinda al desencuentro entre administraciones que amenaza con acaparar el discurso político en Semana Santa la puso este jueves alguien que camina cómodo sembrando polémica a su paso.
Diputado por Almería pese a haber llegado al mundo en Guadalajara, al portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, no se le ocurrió mejor forma de intentar convencer a Susana Díaz de las bondades de las cuentas públicas para Andalucía que sugerirle que emplee esos más de 1.100 millones que le corresponden a la región en mejorar las condiciones de los “niños que todavía estudian en barracones”. El hombre que llegó a deslizar que los familiares de víctimas del franquismo pretenden hacer negocio con las exhumaciones de sus cadáveres volvía así a las andadas.
Quizás la voz del PP en la Cámara Baja tratara de incidir en que los Presupuestos mejoran las partidas en educación o sanidad, pero la referencia a que así los alumnos andaluces “tendrán escuelas como el resto de ciudadanos y niños en el resto de España” acabó por encender a la Junta, al PSOE y a buena parte de la oposición parlamentaria. La propia presidenta, Susana Díaz, le recomendó tras aterrizar en Barcelona “respeto” y le tachó de “doctor en ser faltón”. Unas horas antes su consejera de Hacienda, María Jesús Montero, le afeó sus declaraciones “insultantes y mentirosas”. Desde IU, su coordinador en Andalucía, Antonio Maíllo, degradó al portavoz del PP asegurando que hace más uso “de la coz que de la voz” y le recomendó que deje de “vomitar” contra sus oponentes políticos.
Hasta ahí la nada edificante anécdota, porque el debate sigue vivo aún en el terreno de los supuestos agravios. La Junta de Andalucía no cede y sigue adelante con su intención de llevar las cuentas ante el Tribunal Constitucional en el apartado de inversiones porque insiste en el desajuste que existe entre el porcentaje de esa partida para la región (un 13,5%) sobre el total nacional y el peso de su población (18%) en todo el Estado.
Al margen de su salida de tono, Rafael Hernando sí que puso el dedo en una llaga que al PSOE, sumido en la carrera de su lideresa andaluza hacia las primarias, le duele especialmente. Recordó que si hay limitaciones en el Presupuesto es, en buena parte, porque los socialistas dieron su visto bueno hace meses al techo de gasto que propuso el Gobierno de Rajoy. Y como la dirección de ese grupo se atribuye en la sombra a Susana Díaz, le tocaría ahora soportar las consecuencias de sus actos.
En esa línea argumental coincide Antonio Maíllo, quien considera “indecente” el Presupuesto pero azota a la presidenta con que ése es “el precio” de consentir la supervivencia de Rajoy en la Moncloa. Cs también censura el proyecto pero pide que sea aprobado por “estabilidad”.
¿Y el líder del PP-A?
A quien le está tocando jugar un incómodo papel es al presidente del PP andaluz. Juanma Moreno ha desaparecido de escena en los últimos días (no en presencia pública, pero sí en valoraciones sobre los Presupuestos) y ha descargado buena parte de la defensa del proyecto de su partido en el delegado del Gobierno, Antonio Sanz.
El PSOE ha hallado una mina: le acusa de no defender los intereses de Andalucía. Díaz debe de estar lamentando que no haya Pleno en el Parlamento hasta el día 20 para poder reprochárselo...
Susana Díaz, “de 8 a 3” y a Barcelona
El PP andaluz encontró hace meses un filón en la doble responsabilidad orgánica e institucional de Susana Díaz y este jueves volvió a la carga. Su vicesecretario de Organización, Toni Martín, la atacó culpándola de dedicarse sólo a la Junta “de 8 a 3” e invirtiendo el resto del tiempo en su campaña personal. La segunda pata de su actividad llevó a la presidenta por la tarde hasta Barcelona. En Cataluña intenta ganarse al díscolo PSC...
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