La de Laguna Seca fue la típica carrera que le gusta hacer al triple campeón del mundo de Castellar de Vallés, pues salió como una exhalación, se colocó al frente de la prueba y marcó el ritmo que más le interesaba sin que ninguno de sus rivales pudiera contrarrestar su supremacía en Estados Unidos.
Bien es cierto que a ello seguramente contribuyó el hecho de que Casey Stoner (Ducati Desmosedici) y Valentino Rossi se peleasen durante un par de vueltas por la segunda posición y cuando el italiano se encontró la pista completamente despejada para intentar dar caza al español ya era demasiado tarde y el ritmo de Pedrosa demasiado bueno para lograr la machada.
Esta primera victoria de la temporada para Pedrosa, y en un circuito tan carismático y especial como es Laguna Seca, bien debiera representar un revulsivo en sus aspiraciones. Todavía quedan nueve grandes premios y que ahora debe marchar camino de Alemania, en donde el pasado año comenzó su calvario.
Un suplicio
Allí, en Sachsenring, cometió su error más grave Daniel Pedrosa, puesto que se cayó cuando era líder en solitario bajo una intensa lluvia que, en esa ocasión, no parecía representar ningún problema, a pesar de lo poco que al piloto español le gusta rodar en esas condiciones.
Esa caída y la sufrida en entrenamientos durante la presente pretemporada en Qatar, han representado un auténtico suplicio para Pedrosa, del que ahora parece estar ya recuperado tras la brillante victoria cosechada en Estados Unidos.
Igual de contento que Pedrosa debió acabar en el circuito californiano el piloto líder del Mundial y ocho veces campeón del mundo, el italiano Valentino Rossi, que salió de allí más reforzado en la clasificación provisional del campeonato, aunque todavía no cuenta con una ventaja como para lanzar cohetes, apenas nueve puntos sobre Lorenzo y 16 respecto al australiano Casey Stoner.
Jorge Lorenzo demostró su capacidad de sufrimiento hasta acabar tercero tras una caída en la tanda de entrenamientos.
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