En román paladino

Hazte Bankero

¿Para qué cobraban por vigilar esos procesos?

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Hazte Bankero era el eslogan que Rato sacó para sacar a bolsa lo que ha significado a la postre la necesidad de un rescate  de 23.000 millones de euros. Una cifra astronómica que pagaran a escote los contribuyentes españoles. El Estado sólo podrá resarcirse de tanta pérdida de fondos públicos cuando el proceso de privatización haga ingresar en las arcas de Hacienda algo de esas cantidades escalofriantes.  Si las tarjetas “Black”  fueron un fraude de 12,6 millones de euros de gastos suntuarios o de uso privado de los consejeros de Caja Madrid,  la absorción o fusión con otras cajas de ahorros, la salida a bolsa y el estallido final del caso Bankia  son concordantes  en  la falta de vergüenza de tanto directivo saqueador. 
Lo nuevo de estos días es la situación de los que tiraron a la papelera los informes de los inspectores del Banco de España o de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que alertaron sobre la falta de viabilidad de las fusiones  de cajas y la salida a bolsa. Los que hicieron caso omiso de los informes no eran unos cualquieras. Eran los presidentes de ambos organismos –Miguel Ángel Fernández Ordóñez  y Julio Segura- y tras cinco años su suerte ha cambiado y  van a ser investigados por aquellos hechos de los que nunca se quisieron hacer responsables. ¿Para qué cobraban por vigilar esos procesos que han supuesto tanto quebranto económico?

"Les comentamos que tienen que corregir esta actitud de publicar al mercado información no veraz o engañosa" Esto escribieron los inspectores del Banco de España y Arriaga y Asociados, que llevan muchos casos de los defraudados, apostillan: “Más de 300.000 familias confiaron en la entidad financiera e invirtieron sus ahorros en acciones de Bankia. Unas acciones comercializadas a 3,75 euros cuando, en realidad, tenían un valor de 0,77 euros. Bankia falseó las cuentas de la entidad, y ocultó la delicada situación que atravesaba. Si no hubiera engañado al usuario, ¿quién hubiera invertido a mediados de 2011 en una entidad en quiebra?”

La última parte es la responsabilidad política. Nadie la pagó. Es Islandia cayó el Gobierno. "La integración de las cajas en Bankia fue una operación impulsada desde el Gobierno- el Gobierno de Zapatero, con Elena Salgado al frente del Ministerio de Economía-, que contó con la colaboración del Banco de España", dice  el abogado de la acusación Andrés Herzog, antiguo dirigente de UPYD. 

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