El típico debate nominalista ha sustituido sus ideales originales. ¿Qué fue de la renta básica? ¿Qué sucedió con los desahucios? ¿Qué del cambio constitucional? ¿Qué de la pobreza energética? ¿Y los contratos precarios? ¿Y la vuelta de los jóvenes exiliados? ……No se sabe ni donde está el niño que asistió al pleno de aquella legislatura de los besos y que sentimentalmente parece que fue hace por lo menos cinco años. Esa sensación es lo terrible, es lo que produce el envejecimiento de esa organización –al menos ahora- que entró en la política con las credenciales de una manera de hacer política de forma bien diferente a la práctica habitual de los partidos preexistentes.
Los máximos líderes no se han entendido y Errejón e Iglesias han cogido caminos diferentes. Puede sonar a caricatura, Pablo Iglesias quiere una mayoría sólida a sus espaldas y un partido que responda a su convicción de hacer política en la calle, que desnude a los partidos que hacen política volcados en las instituciones. Íñigo Errejón quiere un partido que se desubique de la pura izquierda y se abra a lo que llama transversalidad, que es lo mismo que decir que se abra a muchos sectores sociales, menos politizados y expectantes de lo nuevo. Los Anticapitalistas van a lo suyo, la revolución.
Lamentablemente no ha faltado juego sucio, acusaciones de conspiraciones y hasta broncas en público, con el mosqueante gesto de Iglesias con la mano sobre el hombro de Errejón en el Congreso. Carolina Bencasa ha huido del enfrentamiento y ha decidido apartarse momentáneamente para esperar quién resulta ganador del congreso a celebrar en Vistalegre y colaborar con la dirección que resulte triunfante. Su desazón es compartida los que huyen del enfrentamiento en campo abierto entre los dos principales sectores de Podemos.
El diputado andaluz Juan Ignacio Moreno de Acevedo Yagüe se ha presentado frente a Pablo Iglesias en un gesto de reivindicación de su trayectoria como abogado contra los abusos bancarios. Le honra aunque su candidatura tiene todos los visos de ser testimonial. Pablo Iglesias será contrincante de Errejón por partida doble, en los programas y en la candidatura al consejo ciudadano y lo hace a pesar de que Errejón no se presenta a la secretaria general, porque entiende que lo debe ocupar Iglesias. Mucho lío para un partido tan recién llegado.
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