El Ayuntamiento ha hecho oídos sordos a la propuesta de Foro Taxi Libre de convocar un referéndum, en línea con la política del alcalde y de la consulta sobre la Feria, para que los taxistas voten sobre la instauración del turno rotatorio en el gremio, a fin de que todos ellos tengan la misma oportunidad de prestar servicio en el aeropuerto, copado hasta ahora por un reducido grupo en plan monopolístico y que recurre a cualquier método con tal de seguir disfrutando de este pingüe negocio y de evitar cualquier atisbo de competencia.
El delegado de Movilidad, Juan Carlos Cabrera, que no se atreve con el monopolio ni aunque tenga sentencias a su favor del Tribunal Superior de Justicia, desvía la atención hacia el problema relativamente menor del intrusismo, el cual sirve de coartada al monopolio para sus prácticas coercitivas.
El delegado anuncia por ello la instalación de paradas con barreras y la duplicación de la dotación de policías locales en San Pablo, medidas que acaban pagando los contribuyentes pero que no atacan la raíz del asunto. Cabrera invoca siempre la necesidad de un consenso en el sector para camuflar su política de apaciguamiento, con la que sólo mantiene el “statu quo”. Si el gobierno dio la voz a los sevillanos sobre la Feria, razón de más para dársela a los taxistas y que éstos se pronuncien sobre el turno rotatorio al aeropuerto, la puerta de entrada del turismo a Sevilla.
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