Las líneas de Cercanías que operan en Sevilla y Cádiz ofertarán a partir de ahora hasta 4.000 plazas menos al día porque parte de los coches -el término que utiliza Renfe al referirse a los vagones- serán desviados a Barcelona para cubrir las necesidades de su área metropolitana. IU y Podemos han denunciado al unísono el “perjuicio” que ese reajuste supondrá para los usuarios de ambas provincias, mientras Renfe alega que el volumen de asientos seguirá cubriendo con creces todas las necesidades.
Fuentes de la empresa ferroviaria confirmaron este lunes a Andalucía Información que el recorte de plazas forma parte de un plan que se aplicará “de forma paulatina” en ambos puntos de Andalucía, aunque descartan que una vez completado tenga el impacto que denuncian esos partidos políticos. El coordinador de IU en la comunidad, Antonio Maíllo, fue el primero en hacer sonar la alarma al protestar contra la reducción en la oferta y exigir tanto al operador de infraestructuras ferroviaras Adif como a la propia Renfe que den marcha atrás. Los datos que maneja la coalición de izquierdas revelan una pérdida de hasta 165 plazas por tren, “hasta un 20% de su capacidad”.
Renfe confirma la reducción pero niega un efecto negativo entre los pasajeros. Según los datos facilitados a este medio, el reajuste en la capacidad de sus trenes Civia (el modelo que utiliza en sus redes de Cercanías) se traducirá en 3.000 plazas menos en Sevilla en días laborables y otras mil en Cádiz. No hay previsión oficial sobre el impacto en festivos o fines de semana. Con ese recorte, los Cercanías de Sevilla pasarán de 143.000 a 140.000 asientos disponibles cada jornada, frente a una ocupación media de 30.000 pasajeros. “Seguimos ofreciendo más de 4 plazas por usuario”, destacan desde la empresa. En el caso de Cádiz, el recorte menguará la oferta hasta 35.000 plazas diarias desde las 36.000 anteriores para un promedio de 8.000 ocupantes.
IU no hace esa misma lectura. Maíllo protestó por la “opacidad” con la que Renfe y Adif estarían intentado “desatascar” Barcelona a costa de “atascar Sevilla y Cádiz”, con “consecuencias muy graves” en las dos provincias y un más que posible “incremento en el tráfico en carretera”. Además de no salirle las cuentas, el ente ferroviario no entiende la contundencia de la crítica por el traslado de coches. “Nuestro parque de trenes no tiene una asignación territorial rígida. Varía en función de las necesidades de cada zona”, insiste Renfe.
Menos coches por línea
De una forma u otra, los viajeros que suban ahora a un Cercanías en Sevilla viajarán en trenes más cortos. En 18 de las unidades que circulan a diario se reducirán de cinco a cuatro el número de coches. En el caso de los que recorren las vías de Cádiz, en cuatro de los siete convoyes se pasará de los 4 y 5 vagones actuales a sólo tres. La empresa matiza que el recorte no afecta a todo su parque de trenes e insiste en que resulta imposible que con los datos históricos de afluencia haya escenas de pasajeros aguardando en el andén si poder acceder a sus vehículos por falta de plazas.
A IU no le convence el argumentario, hasta el punto de que clama contra una “medida perjudicial para los intereses de Andalucía” y exige al Gobierno del PSOE “que se posicione y no espere a verlas venir”. La coalición ya ha adelantado que forzará que el consejero de Fomento, Felipe López, comparezca en el Parlamento de Andalucía para que detalle cómo pretende su departamento “evitar que se consume” el recorte confirmado por Renfe. También alerta del posible impacto en una merma de empleos.
La confluencia, con una única voz
IU y Podemos dieron muestras ayer de que su objetivo de profundizar en la confluencia de izquierdas es real. Hubo coincidencia en la denuncia con apenas horas de diferencia. Si Maíllo lo hacía desde Sevilla por la mañana, la formación de Pablo Iglesias se sumaba esta vez desde Madrid, donde su diputado Sergio Pascual anunciaba que pedirá explicaciones al Ministerio de Fomento por su “deslealtad con Andalucía”.
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