Este verano no aparecerá Nessie. Si descartamos este artículo, claro, Nessie puede estar tranquilo en el fondo de su lago y hacerse, incluso, unas cuantas brazadas sin que ningún periodista o aficionado a la “cosa” le molesten.
Aunque ya se hablaba de él, en el siglo VII, será desde 1860 y sobre todo a partir de los años treinta de siglo XX, cuando Nessie se convierta en una estrella mediática. Sin duda, la fiebre mundial por la “monstruomanía” que se desató a raíz del estreno de la película “King Kong” tuvo mucho que ver. También la famosa fotografía del cirujano Wilson de 1934 que mostraba al pobre Nessie en todo su esplendor. Años más tarde, en 1994, el editor del periódico Daily Mail, que fue el medio que la publicó, confesó que era falsa. Un burdo montaje; que por otro lado, se viene repitiendo con más frecuencia y sofisticación en la actualidad y en distintos campos de la actualidad.
Nessie ha sobrevivido en las páginas de los periódicos en estos años, con más o menos fortuna, y siempre coincidiendo con la sequía de noticias que el verano provoca. Los políticos y los periodistas toman vacaciones en agosto. Y el “papel” tiene que seguir saliendo todos los días y con contenido. El que sea.
Pues Nessie nos hacía un favor a todos. A la economía local escocesa, a las agencias de viajes, a la industria cinematográfica y, si me apuran, hasta a la comunidad científica. Y por supuesto, a los periodistas. La llegada del siglo XXI no ha sido para la estrella del lago Ness un buen momento.
En 2014, Nessie, que se dio cuenta que su audiencia bajaba en los medios de comunicación tradicionales, decidió actualizarse y “posar” para el servicio de mapas de “Apple”. Por unos días volvía a recuperar su brillo mediático. Revuelo internacional. Cámaras de todas las televisiones del mundo y cajas registradoras que no daban abasto. Pero sólo era una confusión. Era la estela que dejó en el agua una embarcación.
Cada vez hay menos periodistas ejerciendo en los medios, por tanto pocas vacaciones se pueden tomar y los políticos, ya vemos. Tampoco descansan los terroristas. Ni los salvadores de patrias. No hay vacaciones para los traficantes de personas en el Mediterráneo. Cómo competir con todo ello en las páginas de los periódicos.
Quién va a temer a Nessie con el presente panorama. A quién le puede interesar un viejo y tímido monstruo que vive en un remoto lago de Escocia. Espero que estas palabras no le lleguen. No sabría cómo decirle que su tiempo, el tiempo de Nessie, ya pasó definitivamente.
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