Airbus comienza a ver algo de luz al final del túnel que supone el problema de sobredesgaste detectado en todos los motores del avión militar A400M que giran a la derecha (dos de los cuatro) en las 24 aeronaves que están en servicio en los ejércitos de Francia, Alemania, Reino Unido, Turquía y Malasia.
Fuentes industriales cercanas a la compañía explicaron ayer que Airbus y el proveedor de la reductora (caja de engranajes que traslada la potencia del motor a las hélices) ya han identificado cómo repararlas para evitar ese sobredesgaste. En septiembre estará previsiblemente certificada esa modificación en la PGB (siglas inglesas de la reductora) y podrá comenzar a instalarse en los 48 motores afectados.
“Desde septiembre negociaremos con los ejércitos clientes la sustitución de las PGB en los motores de los aviones ya en servicio, y en qué plazo, y cuántas PGB ya modificadas podemos recibir en la FAL de Sevilla. En función de ello podremos hacer nuevas estimaciones de cuántos aviones podremos entregar en 2016. La prioridad es sustituirlas en los aviones ya en servicio”, señalan estas fuentes.
Mientras llegan las nuevas PGB modificadas, la empresa va a seguir entregando aviones con las actuales, sujetas a revisiones cada 200 horas de vuelo para comprobar si hay grietas o no. Este mes de junio, Airbus confía en entregar cuatro aviones a Francia, Alemania, Malaisia y Reino Unido. Se sumarían a los únicos tres despachados este ejercicio a inicios de año.
“No hay una estimación ahora mismo del sobrecoste que supondrá este problema, aunque Tom Enders ya dijo en los resultados trimestrales a marzo que será significativo”, añaden. Este diario ya ha publicado una primera estimación de 2.500 millones no confirmada por la empresa.
Fuselaje
La incertidumbre sobre el número de entregas procede de que Avio, el proveedor de las PGB, aún no sabe cuántas podrá entregar a partir de septiembre con la modificación ya incluida. “Hablamos con Avio semanalmente, su fábrica en Turín es obsoleta y necesita modernizarse, desde que General Electric ha comprado Avio la situación ha mejorado sustancialmente y se está trabajando muy en serio”, explican las fuentes.
En cuanto a los agrietamientos en algunas partes del fuselaje del avión, se trata de la degradación de una aleación que se usa en determinadas cuadernas bajo las alas. “Hemos eliminado ese material en todo el A400M y desde 2017 los nuevos aviones saldrán ya sin él. Y a los aviones ya en servicio se les irá sustituyendo progresivamente esas partes del fuselaje conforme se detecten esos agrietamientos. No hay estimación del coste que supondrá hacer esas sustituciones”.
Y sobre las declaraciones del ministerio de Defensa alemán hace una semana en las que anunciaba que pediría compensaciones por los retrasos en las entregas de aviones a su ejército, las mismas fuentes aeronáuticas cercanas a Airbus señalan: “En todos los contratos firmados con los países clientes se recogen las penalizaciones en función de los retrasos, y todos, no sólo Alemania, se ceñirán al contrato para reclamarlas. Ahora lo que toca es negociar. Las penalizaciones se discutirán a tres bandas entre el cliente, el motorista y Airbus”.
Avance en capacidades industriales
“Airbus nunca se ha planteado abandonar el programa, hay 24 aviones en servicio, otros 60 en distintas fases de fabricación en toda la cadena de proveedores y aunque no hemos logrado aún entregarlo con todas las capacidades militares que prometimos, lo haremos”. Así de contundentes se pronuncian las fuentes industriales cercanas a Airbus.
En concreto, el problema del repostaje de helicópteros en vuelo que Airbus debe ofrecer a los aviones franceses está en vías de solución mediante el uso de una manga de repostaje de 120 pies, en lugar de los 90 pies de la actual. “La hemos testado con éxito en el túnel de viento, ahora tenemos que testarla en aviones reales. En 2018 esperamos ya tenerla lista para incluirla en los aviones a entregar a Francia”, explican.
Sobre los problemas de turbulencias que sufren los paracaidistas que se lanzan desde el costado del avión, se ha testado también colocar un parapeto para que el salto les permita distanciarse en torno a un metro del fuselaje del avión y evitar así esas turbulencias. “Esta solución funciona y estamos en vías de certificarla”, añaden las mismas fuentes.
Ha sido justamente el ministerio de Defensa alemán quien más crítico ha sido con las carencias de capacidades de los aviones que se le han entregado hasta ahora.
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