El diseñador de vestuario más internacional del cine español, Paco Delgado, que acaba de ser nominado al Óscar por "La chica danesa", confiesa que la experiencia hace "más difícil" vestir a los personajes, porque se pierde la inconsciencia y se instala el "miedo a equivocarte".
En una entrevista con Efe, el nominado al Óscar por el vestuario de "Los Miserables" (2012) y ganador de un Goya por los de "Blancanieves" (2012) y "Las brujas de Zugarramurdi" (2013), explica que "cuánto más sabes, cuánta más experiencia tienes, más difícil resulta vestir a la gente", porque, "cuando empiezas, eres inconsciente, no tienes miedo a equivocarte".
El último reto del lanzaroteño Paco Delgado ha sido crear, a través de su diseño de vestuario, el personaje de Lili Elbe en "La chica danesa", una de las primeras mujeres transgénero, y que "resultara veraz" a través de un actor masculino.
"Tenía que ser una mujer creíble, no algo insultante o de risa. Una mujer de verdad", advierte Delgado, en una película cargada de sensibilidad que nos transporta a través de sus diseños desde la fría Dinamarca al París de los felices años 20.
Lanas, linos y algodón son los textiles que más predominan cuando la acción transcurre en Copenhague, mientras que en la etapa parisina se utilizan tejidos más delicados, como chifones de seda.
"La chica danesa", dirigida por Tom Hooper, el mismo director de "El discurso del Rey", cuenta la historia del matrimonio formado por los pintores Einar y Gerda Wegener, y el descubrimiento de la identidad femenina de él como Lili Elbe, el primer hombre que se sometió a una operación de cambio de sexo.
El actor inglés Eddie Redmayne interpreta a Lili Elbe-Einar y Alicia Vikander a Gerda, su esposa. "Es difícil decidir a quién me resultó más complicado vestir. Cada uno tuvo su momento", dice entre risas Delgado.
El vestuario se comenzó a diseñar un año antes del inicio del rodaje, "especialmente el de Eddie", quien asegura que le "facilitó" mucho el trabajo y "aportó" muchas ideas.
Redmayne, un actor para el que encadena elogios, se sintió "cómodo" con la ropa desde el principio, según Delgado. "No hay muchos como él, se lanza al personaje como pocos lo hacen. La pirueta de convertirse en una mujer para un actor que no tenga prejuicios es fascinante".
Una transformación física, muy visual a través del vestuario, donde como hombre los trajes de Einar "tenían que ser una especie de armadura" en la que su cuerpo está constreñido, esperando que florezca Lili.
Los trajes sastre de Einar son "estructurados y rígidos, con cuellos muy altos", "que ocultaban toda la sensualidad que puede tener una persona", indica Delgado, confeccionados con una paleta de colores muy sombría.
Para Paco Delgado, "conceptualmente", el personaje era Lili Elbe, no Einar; de ahí que describa su aspecto exterior como "la cárcel en la que estaba Lili", ceñida por una sociedad jerarquizada y "no muy liberal".
Cuando Lili sale al exterior, el vuelco físico se transforma en una "hiperfeminización". "Cuando cambias, no siempre aciertas al principio. Mujeres transgénero reales nos contaron que ellas lo vivieron así", señala, hasta que la transformación se ajusta.
Cuando la pareja se instala en París, la manera de vestir del personaje evoluciona y se sustenta en una mayor libertad. "Los tejidos empiezan a cambiar, son más dóciles, con más movimiento, y la paleta de colores se abre. Es más sensual y cálida", explica Delgado, que sostiene que en ese momento Lili comienza a utilizar menos maquillaje: "Es más femenina y menos estridente".
Las telas fluyen junto a lienzos y pinceles con un movimiento suave, tonos oscuros y luego cálidos, estampados y bordados, sedas que vuelan simbolizando el deseo de libertad de los personajes.
Cuenta Delgado que los vestidos de los años 20 no han envejecido bien al bordarse con mucha pedrería, con "aderezos que dan mucho peso al tejido que llega a rasgarse".
Es difícil, según el diseñador, conseguir las telas y los estampados de la época por lo que optó por comprar prendas en anticuarios, desarmarlas y "confeccionar vestidos nuevos".
El 85 % del vestuario de Eddie Redmayne está creado para él, mientras que para su compañera de reparto, Alicia Vikander, fueron confeccionadas un 60 % de sus prendas. "Ella tiene un vestuario más 'vintage'".
Ropa adquirida en anticuarios de Barcelona, Madrid y Zaragoza, además de Londres, París, Dinamarca y Bruselas, que ha servido para crear un vestuario en el que la sofisticación y la elegancia conviven a partes iguales.
Con cada nuevo proyecto, el objetivo del diseñador es construir un entorno de colaboración y confianza con los actores, para que se sientan cómodos, aunque reconoce que, cuando empezó su carrera, intentaba imponer más su criterio.
"El actor siempre debe pensar que el vestuario le está ayudando a crear el personaje", y la mejor manera de conseguirlo es que "se sientan cómplices de mis ideas", concluye Paco Delgado.
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