Parece marca de la casa. A lo largo de los últimos cinco años esta historia se ha repetido tras las mentiras del 11M y el accidente del Yak, ambos ya sancionados por la justicia. Entonces el PP incluyó entre los conspiradores contra su partido a gobernantes, policías, jueces y fiscales, medios de comunicación y familiares de las víctimas tanto de la masacre de Madrid como del accidente del Yak 42, a los que se llegó a acusar de no dejar descansar en paz a sus muertos. No escarmentados por las sentencias judiciales que han evidenciado las realidades que ellos negaron, en el PP mantienen la estrategia con la trama de los espías de Madrid y con las ramificaciones del escándalo Gürtel.
No deja de ser paradójico que quien señala con el dedo a tanto Torquemada se dedique a mandar a la hoguera a tanta gente. Pero mucho más preocupante es que quien aspira a gobernar un país se dedique a deslegitimar con tanta ligereza sus instituciones.
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