La escritora manchega Alicia Giménez-Bartlett ha ganado hoy la 64 edición del Premio Planeta, dotado con 601.000 euros, por su obra "Hombres desnudos", una novela que ha definido de "corte social".
La ganadora del Planeta había ocultado su nombre tras el seudónimo de Toni Farga y el título ficticio de su obra era "Nubes de tormenta", mientras que el finalista del premio ha sido el cineasta Daniel Sánchez Arevalo, que se escondía tras el seudónimo de Julia Ponsky, por la novela "La isla de Alice", que había presentado con el título ficticio de "Trece meses desde mayo".
La novela premiada se centra en Javier, un profesor de literatura en paro, e Irene, una empresaria recién abandonada por su marido, que se ven obligados a cambiar drásticamente para sobrevivir a la dramática situación en la que se ven inmersos.
Su encuentro, en el entorno de la prostitución masculina, se convertirá en una auténtica fatalidad.
El jurado del premio Planeta, que seleccionó la novela de Giménez-Bartlett entre las 486 obras presentadas este año, estaba integrado por Alberto Blecua, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs, Fernando Delgado y el editor Emili Rosales.
"Mi novela no tiene nada autobiográfico, quizá sí tiene una cierta investigación de cosas que están sucediendo en la sociedad hoy en día cerca de nosotros, con jóvenes que pierden su trabajo y se ven empujados a bailar desnudos en clubes nocturnos", ha confesado la autora manchega.
Frente a esos hombres en paro, Giménez Bartlett sostiene que "hay una clase emergente de mujeres que han superado un montón de prejuicios, de lugares comunes que constituían la base de una mujer como el compromiso matrimonial, y que quieren triunfar y eso implica cierta soledad".
La escritora ha intentado que sus personajes pertenezcan a una clase social, porque "en el fondo lo que palpita como siempre es una lucha de clases y eso se está viviendo de una manera discreta, soterrada".
En nombre del jurado, Fernando Delgado ha dicho que ya se sintió sorprendido desde las primeras páginas con esa mujer rica que despide a su marido cuando se lo encuentra con otra.
A su juicio, los dos protagonistas construyen "una estrecha relación que establecen en un panorama reflejado con mucha justeza literaria, un lenguaje preciso y unos monólogos interiores que se establecen dentro de los diálogos, todo hecho con una enorme sencillez y economía de medios".
Giménez Bartlett ha investigado el lenguaje de los personajes porque "cada uno de ellos pertenece a una clase social determinada, el joven profesor de la clase media o los personajes de clase pobre con un lenguaje más burdo", subraya Delgado, para quien no hay que temer a decir que ésta es "una novela que inserta en el realismo social", puesto que refleja con valentía un tiempo verdaderamente nuevo.
La novela habla de la prostitución masculina, pero en un marco nuevo y con un lenguaje muy ajustado, como si Alicia Giménez Bartlett hubiera bajado a los bajos fondos a investigar cómo habla esta gente.
Para la también jurado Rosa Regàs, la autora ganadora rompe con la idea falsa de que una mujer es bastante incapaz de ponerse en la piel de los hombres.
Sobre su abandono de su personaje más popular, la inspectora Petra Delicado, Giménez Barltett ha asegurado que "siempre me he dedicado a contar historias y Petra Delicado es una de mis vertientes y he tenido la suerte de contarlas, con más o con menos fortuna o lectores".
Ahora, ha añadido, me interesaba tanto el momento social que vivimos, que es tan rico y apasionante, pero "no pienso dejar la novela negra".
En la obra finalista, con un planteamiento muy cinematográfico, la protagonista, Alice, investiga la muerte de su marido en un accidente de tráfico en una carretera en la que no debería haber estado el fallecido.
Daniel Sánchez Arévalo ha dicho que la novela finalista ha sido su "proyecto más ambicioso y personal", protagonizado por Alice Williams, que vive en Providence (Rhode Island), felizmente casada, que pierde a su marido en un accidente de coche pero en un sitio muy distinto del sitio donde debía estar, y entonces la protagonista reconstruye el último viaje de su marido hasta llegar al epicentro de la historia.
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