¿Podremos?

Sin duda el fenómeno político más sorprendente que se ha producido en los últimos años en España es ése de Podemos, que nada menos este lunes situaban algunas encuestas como el partido más votado...

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Sin duda el fenómeno político más sorprendente que se ha producido en los últimos años en España es ése de Podemos, que nada menos este lunes situaban algunas encuestas como el partido más votado. Vaya por delante que a mí Podemos no me gusta nada. Creo que son una fuerza política basada en la demagogia barata sin sostén real alguno, que además parece tener como modelo a gobernantes o formas políticas que son claramente bananeras como las de Venezuela o Bolivia. Y sin duda cualquier triunfo o acercamiento al mismo de tal formación supondría la huida inmediata de nuestro país de fondos e inversores y que retrocediéramos siglos en nuestra presencia internacional y en la lucha por la solvencia económica.

Pero en todo caso es evidente que tal éxito en tan poco tiempo es fruto del enorme descontento de España con la clase política que tenemos. Sin duda todos somos algo culpables de ello, pues las cosas no suceden caprichosamente, pero la realidad es que la decepción ahora mismo es tan profunda que ha creado el caldo de cultivo para situaciones como ésta.

La reacción de un gobernante que sólo sabe decir que toda va mejor cuando la gente no percibe en absoluto esa mejora en sus realidades cotidianas no ayuda para nada. Todo ello cuando ha dado la espalda a muy diversas promesas que sencillamente se ha saltado, como ésa del aborto que le ha reclamado buena parte de su electorado este fin de semana o como otras muy cercanas a la fiscalidad diaria de todos, entre las que cabe recordar eso de que no íbamos a pagar el IVA que no cobráramos, que al final se ha quedado en una chapuza absurda.

En esta Andalucía nuestra todo sigue igual con un Gobierno que logra por ejemplo que en el último trimestre suba el paro en 18.800 personas cuando en España baja en 195.200.

Y con una corrupción en que por ejemplo aún no hemos visto que ningún partido sea capaz de denunciar cuando sucede en su propia formación. Por esto, lo importante es preguntarse si podremos mejorar esos partidos políticos y su forma de gobernar cumpliendo sus promesas y cambiando radicalmente lo que ofrecen antes de seguir en esta línea que es auténticamente catastrófica para España.

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