Palcos

Acaba la Semana Santa y de nuevo se reabre el debate de los palcos, este año como no hay retrasos de hermandades y otros temas que puedan ofrecer polémica, pues siempre existe el recurso de los palcos...

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Acaba la Semana Santa y de nuevo se reabre el debate de los palcos, este año como no hay retrasos de hermandades y otros temas que puedan ofrecer polémica, pues siempre existe el recurso de los palcos, los mismos que se colocan no por capricho de nadie sino por la enorme demanda de los ciudadanos, no para que los ciudadanos vean peor las procesiones sino precisamente para que la vean mejor más ordenadas y de una forma más cómoda, sobre todo atendiendo las necesidades de las familias con personas mayores y niños. Los palcos crecen porque la ciudad crece, porque se amplían en número y sigue existiendo demanda, porque Jerez es ya una gran ciudad con sus ventajas y sus inconvenientes. La Semana Santa jerezana es una celebración religiosa para los católicos y para los demás una fiesta cultural, histórica o como se le quiera llamar pero una fiesta y toda fiesta cuesta dinero. El Ayuntamiento pone los palcos y la infraestructura y las cofradías todo lo demás, con una gran diferencia que el personal del Ayuntamiento cobra y el personal de las cofradías no, que el Ayuntamiento monta con tanta antelación los palcos para no tener que pagar horas extras y las horas extras del personal de las cofradías no las paga nadie, pero es que además, para montar los palcos sólo hay que ir al almacén y volver a instalar lo mismo que se viene haciendo todo los años y para montar la cofradía no sólo hay que ir al almacén por el paso sino que para ver esa, cada vez, más grandiosa Semana Santa que tenemos, hay que llevarse todo el año trabajando para después ofrecer ese derroche de arte y solemnidad que es lo que hace, por su atractivo, llenar hoteles, bares, etc.

Los palcos están en suelo público y montados con dinero público, como está sobre suelo público y construido con dinero público el circuito y hay que pagar para ver carreras, como está sobre suelo público y levantado con dinero público el Estadio de Chapín y cuesta dinero entrar, como es municipal el Villamarta y en la mayoría de ocasiones no es gratis lo que allí se ofrece, como son públicos muchos museos y hay que pagar entradas. Lo único que diferencia los palcos del Circuito, de Chapín o los del Villamarta, que por cierto debido a su altura impide totalmente participar desde la calle, es que estos se encuentran en un recinto cerrado y las hermandades tienen la gentileza de exponer todo su derroche de belleza en lugares abiertos y de forma gratuita ¿ Qué pasaría si como he podido leer en algunos foros las procesiones de Semana Santa se llevasen a cabo en un recinto cerrado, como por ejemplo ocurre, salvando la distancias, en el Palmar de Troya, que un espectáculo riquísimo de bordados y orfebrería permanece oculto tras unos altos muros y el pueblo no se beneficia absolutamente de nada? Lo que las cofradías reciben por los palcos es una mínima parte comparado con cuanto aportan a la ciudad, incluyendo a cuantos hacen el agosto sin haber puesto un céntimo en esos inmensos gastos que supone poner una cofradía en la calle.

Las cofradías salen a la calle para hacer Estación Penitencial en la Catedral, hay palcos porque salen pero no salen para que se monten palcos, sino para dar un testimonio de fe, por el camino que ellas ven más conveniente para acrecentar el fin por el que procesionan. Es sorprendente que se le quiera tapar la boca a los cofrades sobre temas tan de todos como el derecho a la vida, porque eso es meterse en política, y ahora vengan los políticos a opinar por donde una institución eclesial formadas por ciudadanos, que pagan sus impuetos y además forman el colectivo más amplio de la ciudad, tiene que ir dando su testimonio de fe.  Los católicos no pueden opinar sobre los derechos fundamentales de la persona porque eso es hacer política y los políticos opinan hasta de horarios e itinerarios de las cosas de la fe, vivir para ver.

En Jerez sobran problemas y faltan palcos, porque son muchos los ciudadanos en lista de espera demandándolos, sobran encuadres fantásticos para ver las cofradías a pie de calle y falta en algunos conciencia de gran ciudad, sobra categoría en su Semana Santa y en su Carrera Oficial y falta sensibilidad para, una vez finalizada nuestra Semana Mayor, no perder el tiempo hablando de cuatro tablones pintados de rojos, que aquí llamamos palco, en vez de seguir soñando con la inigualable estampa de un paso de palio rozando los balcones de la gloria.

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