Los cargadores capitaneados por Adolfo Morera se recrearon ante el acompañamiento musical para dar un brillo especial a una de las salidas procesionales con más tradición del Domingo de Ramos, donde, a pesar de no ser después de muchos años la primera en salir a la calle, no faltaron cientos de gaditanos.
Tras Nuestro Padre Jesús de la Paz irrumpía en la Alameda Nuestra Madre y Señora María Santísima del Amparo, una bella imagen que data aproximadamente del siglo XVIII y que pronto arrancó los aplausos de bienvenida de un barrio volcado ante su madre.
De uno de los balcones una conocida gaditana, Tamara Beardo, brindó una bellísima saeta, la primera, para la señora del Mentidero. La emoción y la devoción se fundieron en la voz de la joven gaditana para llevar, una vez más, la ovación a la gaditana tarde cofrade en la Alameda de Apodaca.
Especial brillo cobraba el paso de la Cofradía Carmelitana por la plaza de Mina, donde cientos de gaditanos esperaron desde primera hora de la tarde que La Borriquita diera la primera bendición al Domingo de Ramos.
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