El CD San Fernando dormirá durante toda la semana fuera de los puestos de peligro. Los tres puntos conseguidos esta tarde en el José del Cuvillo, unido a los resultados que se han dado a lo largo de la jornada, le permiten tener una semana de tranquilidad. En el otro lado está el Racing Portuense, que no sólo se aleja de los puestos de salvación, sino que su propia impotencia unida a la lamentable actuación del trencilla Jesús Gil Manzano, le impedirá disponer de dos hombres tan importantes como Iturralde y Sambruno en el duelo decisivo de la próxima semana ante el Melilla.
Y es que ambos equipos se jugaban algo más que tres puntos en el choque de ayer, se jugaban media vida. El duelo estuvo tremendamente igualado, hasta que las decisiones arbitrales le dejaron el triunfo en bandeja al San Fernando. Hasta ese momento el partido estaba abocado a un triste empate salvo que un error garrafal de alguno de los contendientes pudiera hacer variar el resultado inicial.
Los racinguistas salieron al campo con la misión clara de conseguir el gol cuanto antes. Y lo pudo conseguir en el primer minuto si Diego Ramírez hubiera estado acertado tras un gran centro de Rubén. El mediocampista mandó el balón lejos de la portería cuando lo más fácil era haber inaugurado el electrónico.
Los rojiblancos estaban enchufados y con las incursiones por la banda izquierda de Rubén y Jhony ponían una y otra vez en peligro la meta defendida por Raúl Iglesias.
Con el paso de los minutos el San Fernando se fue despertando. Lo hizo con pequeñas incursiones y tiros de media distancia, aprovechando en gran medida los espacios dejados por los hombres de Fabregat.
A mediados de la primera parte el San Fernando ya se había sacudido el dominio del Racing y campaba a sus anchas por el terreno de juego, aunque la firme defensa racinguista achicaba bien los espacios haciendo incurrir una y otra vez a los delanteros isleños en continuos fueras de juego.
Lo mismo le ocurría a un ansioso Jhony, que tras más de tres jornadas sin competir debido a una lesión, volvía al once titular y quería demostrar su valía, sin demasiada suerte. Javi Casares y Canito probaban a Taranilla que se defendía sin demasiados problemas. El juego fue cayendo en la monotonía y es donde tuvo el Racing su gran oportunidad de llevarse el partido, sobre todo en jugadas a balón parado pero no supo aprovecharlas. La ocasión más clara la tuvo Iturralde que remató un buen centro por la derecha de Diego Ramírez, pero el fue interceptado por el portero isleño. Así se llegó al descanso.
La segunda parte comenzó con más de lo mismo, los dos equipos bien replegados esperando el fallo del contrario. Fue cuando Gil Manzano se hizo con el protagonismo del partido. Primero expulsó a Iturralde de forma muy rigurosa, dejando al equipo rojillo con diez hombres.
El San Fernando empezó a madurar el partido y una contra en más que posible fuera de juego de Puli, consiguió romper la lata. El partido estaba roto, el San Fernando jugaba a placer esperando dar la puntilla. Canito tuvo dos mano a mano con Taranilla que no supo resolver. De ahí al final fue un quiero y no puedo del Portuense, sumido en sus propios problemas y acuciado por un árbitro sin escrúpulos que expulsó a Sambruno de forma surrealista y alargó el partido más de cinco minutos sin sentido.
El San Fernando duerme en el cielo y el Racing en el infierno.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es