Un grupo de vecinos de la calle Noria de Cartaya, han mostrado a VIVA su temor de que una grúa de grandes dimensiones, que permanece abandonada desde hace ya siete años en una promoción de viviendas a semiconstruir, se desplome sobre sus viviendas al no haber pasado desde entonces los controles y revisiones anuales obligatorios para este tipo de instalaciones.
Al igual que la grúa, la única del tipo torre que aún permanece en pie en Cartaya desde los tiempos del boom del ladrillo, la promoción de viviendas también se encuentra desde entonces totalmente abandonada, víctima del pinchazo inmobiliario.
Dicha grúa se ha convertido, según han denunciado a este periódico los aproximadamente 25 vecinos de la calle Noria y adyacentes, en una verdadera “pesadilla” que incluso en algunos casos, hasta les quita el sueño, especialmente en los días de viento.
Según prosiguen, la obra “se quedó parada hace ya seis o siete años, y desde entonces nadie ha pasado por aquí a comprobar el estado de la grúa”, añadiendo que tras buscar información sobre la cuestión, saben que una instalación de estas características y dimensiones “tiene la obligación de ser sometida a una revisión cada año”.
Es por ello por lo que una de las vecinas, cuya casa se encuentra más cerca de la grúa, ha asegurado ser presa no sólo del “miedo”, sino que ella y su familia tienen auténtico “pánico”, sobre todo cuando la grúa “gira con el viento y sus plumas se ponen justo sobre mi dormitorio y el de mis hijos”.
El temor de estos vecinos es tal, que hace ya 3 ó 4 años decidieron poner el asunto en conocimiento del Ayuntamiento de Cartaya: “Nadie nos echó cuenta –aseguran- pese a que presentamos un escrito ante la Policía Loca”. La falta de respuestas les llevó por segunda ocasión a quejarse ante el Consistorio cartayero, pero “tampoco nos hicieron caso”. Indignados ante la “falta de preocupación” de los responsables municipales, el pasado mes de septiembre decidieron presentar otro escrito, esta vez avalado con la firma de los 25 vecinos afectados, del que igualmente han tenido la callada por respuesta.
En dicho escrito, al que ha tenido acceso VIVA, los firmantes aseguran que “junto a nuestras viviendas en la calle Noria se encuentra una promoción de viviendas a medio construir que está abandonada” a lo que añaden que ésta cuenta con una grúa de “grandes dimensiones totalmente paralizada desde hace varios años, la cual por efecto del viento se mueve situándose uno de los extremos sobre nuestros tejados”.
Igualmente dejan constancia de sus temores al afirmar que la situación “está provocando intranquilidad y miedo entre algunos vecinos porque es peligroso”, para finalizar pidiendo que “desde el Ayuntamiento se pongan las medidas necesarias para solventar este problema”.
No obstante, aseguraron los propios vecinos “tampoco nos han prestado ninguna atención”.
'OKUPAS'
A la queja por la grúa, también se une el “temor” manifestado por los vecinos ante la veintena de personas, según sus cálculos, que han ocupado las viviendas en construcción, en las que residen desde hace años en pésimas condiciones. En este sentido se quejan de que los ‘okupas’ “hacen sus necesidades” en los sótanos de las viviendas a medio construir y en los jardines del barrio; “tienen luz eléctrica” que aseguran desconocer de donde la sacan; “encienden fuego en el interior de la obra”, y “lo peor –añaden- es que nos sentimos totalmente vigiladas porque están pendientes de todo lo que hacemos”.
Según el escrito que han remitido al Consistorio con sus firmas, este otro asunto también les produce “mucho desasosiego y miedo”. Y es que según relatan, “no podemos dejar que nuestros niños salgan solos a la calle a jugar ni a comprar a la tienda de la esquina”. Una de ellas asegura tener miedo “incluso a salir a tirar la basura por la noche. Tienen que ir nuestros maridos porque a nosotras nos da pánico”. Otra cuenta que “el otro día salí del trabajo un poco más tarde de lo habitual, ya era de noche, y me tuvieron que acompañar unas compañeras porque yo estaba aterrada”.
Incluso una de ellas ha manifestado que está “a punto de cogerlo todo e irme con mi marido y mis hijos a vivir a una casa que tenemos en El Rompido hasta que esto se solucione porque aquí no se puede vivir.
En su escrito alegan: “en esta obra desde hace bastante tiempo están viviendo personas que hacen sus necesidades en la misma obra, e incluso de cara hacia nuestras viviendas, sin ningún tipo de control, lo cual puede ser un foco de infecciones para los vecinos, y sobre todo para los niños”.
A pesar de ello, los vecinos insisten en que lo que más les preocupa es la grúa. Y es que, “por ejemplo” insisten, “los días de viento aquí no hay quien duerma porque la grúa gira mucho y da miedo que en una de las vueltas se venga a pique sobre tu casa”.
PRECEDENTES
Para poner de manifiesto sus temores, los vecinos han echado mano incluso de precedentes de grúas que se han venido abajo en otros puntos de España por su abandono, como es el caso de los 40 vecinos de El Vendrell (Tarragona), que tuvieron que ser desalojados de sus casas en noviembre de 2010 tras caerse la pluma de una grúa de treinta metros sobre dos edificios de dicha ciudad.
Dicha grúa se encontraba igualmente en una obra inacabada y, a diferencia de esta de Cartaya, sólo llevaba un año abandonada en el mismo lugar. Los Bomberos de la Generalitat tuvieron que desalojar a una cuarentena de personas tras el accidente, al parecer provocado por el fuerte viento reinante.
EL CONSISTORIO ‘NO SABE, NO CONTESTA’
El Consistorio cartayero no se ha pronunciado oficialmente sobre esta cuestión. No ha contestado ni a los escritos de los vecinos, ni a la pregunta formulada sobre la cuestión por el Grupo Socialista en el último Pleno municipal, al que emplazó a la próxima sesión plenaria para contestar por escrito. A los vecinos, mientras tanto, se les acaba la paciencia.
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