Gente, lugares y tradiciones

Torremolinos: 25 aniversario de su independencia

Tras nueve largos años de dura lucha administrativa, el pueblo unido de Torremolinos consiguió de nuevo su independencia municipal el 27 de Septiembre de 1988.

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    Conquistada tras largo asedio la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos el 19 de agosto de 1487, le fue anexionado al municipio de la capital, entre otros, el lugar de la Torre de los Molinos, además de serle concedidos como propios los molinos y los acuíferos o manantiales de Torremolinos, que se contaban entre los más exuberantes de la Península. Se estima que a la torre nazarí que aún se yergue sobre el acantilado de la calle San Miguel, y que con los molinos dio origen al compuesto nombre de Torremolinos, se le dio el sobrenombre de Pimentel en honor a don Rodrigo Alonso Pimentel, cuarto conde y primer duque de Benavente, que participó en la campaña de la conquista de Málaga y Granada y firmó las capitulaciones en nombre de la nobleza.

 

  Sin embargo, hay opiniones eruditas que concluyen que antes de la fecha de la conquista del territorio malagueño, al bastión de Torremolinos ya se le había dado en llamar “torre de los pimenteles”, desconociéndose el origen pluralista del vocablo. Por otro lado, algún historiador deduce que el conde de Benavente ya tenía intereses en las tierras de Torremolinos antes de la conquista y es probable que la palabra “pimenteles” se deba a que eran varias personas de la familia Pimentel las que pudieran detentar, si no la propiedad, sí al menos el privilegio de haber sido rebautizada con su ilustre apellido la Torre de los Molinos. Sea lo que fuere, el caso es que hoy día a la Torre de los Molinos se la conoce también como Torre de Pimentel.

  

 Consta en las antiguas crónicas que Torremolinos consiguió su independencia municipal de Málaga el 1 de enero de 1801. Se está en la creencia de que Torremolinos pertenecía antes de esa fecha al municipio de Churriana, debido a una parcial interpretación de los documentos; pero un minucioso examen de los mismos arroja que Torremolinos dependía de Churriana solamente a efectos administrativos y de recaudación de tributos, o más propio sería decir que las oficinas administrativas y de recaudación de impuestos más cercanas se ubicaban en Churriana, pero que dichas oficinas dependían del municipio de la capital malagueña. Ello significa que Churriana también era barriada de Málaga y no municipio independiente antes de 1801. Por tanto es evidente que Torremolinos continuaba perteneciendo al municipio de Málaga juntamente con la barriada de Churriana. En los documentos se constata que Torremolinos “se independizó de Málaga”, no de Churriana, y se evidencia que también Churriana se independizó, al mismo tiempo que Torremolinos, del municipio de la capital.

 

   La cuestión es que la que se considera primera independencia municipal de Torremolinos parte del año 1801, por lo que pudiera afirmarse que Torremolinos sería considerado pueblo a partir de entonces, siendo su primer alcalde Antonio de Montes. No obstante, hay opiniones divergentes que presumen que Torremolinos no era pueblo propiamente dicho, sino que continuaba siendo un lugar sometido a la recaudación de tributos de Churriana, como queriéndose dar a entender que Torremolinos venía a ser una especie de pedanía o submunicipio de Churriana y que el alcalde Antonio de Montes actuaba como sucedáneo del de Churriana.

   

Sin embargo, la realidad es que Torremolinos era municipio independiente, y la razón de que el pago de tributos continuara efectuándose en Churriana se debía a que Torremolinos no contaba aún con la suficiente infraestructura para tener su propia oficina de recaudación. Por todo ello puede afirmarse que Torremolinos, aunque de hecho y desde antiguo era ya pueblo, pues es pueblo todo núcleo poblacional, comenzó oficialmente a considerarse pueblo y municipio, y no un simple lugar, a partir de 1801.

 

    Continuó Torremolinos siendo municipio por 123 largos años, hasta finales de junio de 1924, en que, por el temor de los regentes a que el pueblo se arruinase, debido en parte al desvío de las aguas de los manantiales hacia Málaga, desvío que en opinión de la junta municipal había provocado el declive de la industria molinera, principal sostenimiento de la población. Este temor y la incapacidad de continuar gobernando con acierto el municipio hizo que el consistorio torremolinense cediese las riendas al de Málaga, por lo que Torremolinos perdió su condición de municipio y pasó a ser una alejada barriada de Málaga.

  

 No previó la junta rectora municipal de Torremolinos, porque tenía los ojos clavados en el presente, que el municipio era una potencial mina de oro turística, razón, junto con las aguas, por la que Málaga se apropió de la gestión municipal de tan rico lugar. Durante décadas la producción turística de Torremolinos cooperó a mantener llenas las arcas de la capital, en detrimento de la lejana barriada costasoleña, abocada al más incomprensible abandono. No cuidó Málaga la gallina de los huevos de oro y ello hizo que el pueblo de Torremolinos, tras la implantación de la democracia en la nación, comenzase a reclamar lo que era suyo. Así se originó el popular movimiento pro Autonomía de Torremolinos, que finalmente, a una con el pueblo, alcanzó la victoria.

 

   Tras nueve largos años de dura lucha administrativa, el pueblo unido de Torremolinos consiguió de nuevo su independencia municipal el 27 de Septiembre de 1988. Por fin amanecía, después de la oscura noche que sobre el desamparado pueblo se había cernido durante 64 años. Entre éstos se contaban los más fructíferos del turismo en la Costa del Sol.

 

   En este año 2013 celebra Torremolinos el 25 aniversario de su bien ganada independencia. Grandes triunfos se han conseguido, a pesar de las dificultades y a pesar de la crisis económica que al mundo aflige y que también oprime al municipio estrella del Turismo. Con todo esperamos ver la luz radiante del día a medida que avanzamos con paso decidido por este largo y lóbrego túnel que el pueblo, como todos los del orbe, no tiene más remedio que atravesar, aunque afuera ruja la tormenta y el mar despedace los barcos en los acantilados. Torremolinos enfila ya su segundo cuarto de siglo, justamente cuando se enciende la alegría de su Feria. Que la luz del optimismo jamás se apague, como no se apagó durante estos primeros 25 años.  

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