El bar La Parada, en pleno barrio de La Plata, se convirtió ayer al mediodía por unas horas en el plató de Hay una cosa que te quiero decir, el exitoso programa de televisión dedicado a reencuentros familiares y mensajes de perdón que conduce el controvertido presentador Jorge Javier Vázquez. En este caso, había mucha más intimidad, y ninguna opción a negarse a abrir sobre alguno, porque Pepe Carral,Fali Quirós y su otro hermano Antonio -que llegó más tarde- venían con sus respectivas familias- dispuestos a conocerse, después de que un primo hermano de ambos, Juan, y dueño de este establecimiento, hiciera las veces de “gancho”, poniéndolos en contacto hace apenas un mes.
Ayer, tras de más de 60 años, estos tres hermanos de Jerez por parte de padre pudieron verse en persona y abrazarse, aunque antes ya habían podido hablar por teléfono. No estaban todos, faltaba María José, la más pequeña de los cuatro, que actualmente vive en Mallorca, pero Pepe, que ha pasado de ser hijo único a contar con tres hermanos de un matrimonio posterior de su padre, tiene previsto verla en cuanto pueda ya que actualmente tiene fijada precisamente su residencia entre Sevilla y Mallorca, y suele venir todos los meses una vez a Jerez.
Como relató, su historia comenzó hace 68 años, cuando sus padres terminaron su relación cuando ella estaba embarazada. Aunque el noviazgo se rompió, su madre, ya fallecida, siempre se llevó bien con las que fueron sus cuñadas, aunque él llevó desde el primer momento los dos apellidos de ella. En su infancia recuerda varios encuentros con su padre, sin embargo cuando se hizo mayor y estudió maestría industrial,se marchó fuera de Jerez y llegó a trabajar por toda España e incluso fuera del país, lo que hizo que perdiera el contacto.
Nunca más lo recuperaría y, de hecho, no llegó a enterarse de su muerte hace 13 años, pero sus dos hijas mayores fueron las que le animaron a saber de sus hermanos. “Mi suegra -cuenta la esposa de Pepe- siempre nos decía que mi hija se parecía mucho a una hermana de mi marido, y para mi hija era muy importante completar el árbol genealógico. Fue ella la que empezó a buscar en internet por el apellido y con la que empezamos a llamar”.
Ahora, ya todos pueden ponerse cara, para lo cual fue decisivo la pasada Semana Santa cuando el Martes Santo Pepe y una familiar suya en San Mateos, el barrio donde nació, coincidieron con un primo hermano por parte de padre que también se apellidaba Quirós. Ahí empezaron a tirar del hilo. El resultado podía verse ayer en este bar: una amplia mesa con las hijas y el nieto de Fali y su marido, Pepe, su esposa -sus hijas viven fuera- y su prima hermana. Todos comiendo en familia. No hubo lágrimas, pero sí mucha emoción y sobre todo, mucha complicidad. A Fali su padre nunca le habló de este hermano, pero siempre estuvo al tanto de todo y una vez de niña llegó a cruzarse con él. Mira ese es tu hermano, le explicaron. “Nunca es tarde”, decían todos ayer.
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