Andalucía

Maeztu reivindica el "trabajo honesto y comprometido de los políticos"

En su toma de posesión como nuevo defensor

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El flamante Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha tomado posesión este jueves de su cargo en el Parlamento autonómico reivindicando el "noble oficio de la política" y comprometiéndose a contribuir desde la institución que comienza a dirigir a que "el brillo de la transparencia y la limpieza de la ética atraviesen toda la cosa pública".

   Así lo ha dicho en el transcurso del discurso que ha pronunciado tras prometer su cargo como nuevo titular de la Defensoría del Pueblo en Andalucía en sustitución de José Chamizo, presente en el acto junto con numerosos representantes de organizaciones sociales y económicas, así como de instituciones y dirigentes políticos, entre los que se encontraban el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, el presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, y el presidente de la Cámara andaluza, Manuel Gracia, que también ha intervenido en el acto.

   Maeztu ha señalado que será un "colaborador leal y a la vez crítico de la Administración" y que, sobre todo, estará en la calle y al lado de "los más vulnerables", ya que, en estos momentos de dificultades provocadas por la "economía especulativa", "no es posible pasar página". "Quiero seguir en la brecha para ayudar a salir de la crisis y que no se queden atrás los de siempre", ha enfatizado.

   El nuevo defensor ha tomado posesión del cargo agradecido por la "unanimidad" que los grupos parlamentarios han demostrado hacia su nombramiento y consciente de la "gran responsabilidad" que conlleva hacerse cago de la institución después del "excelente trabajo" realizado por su antecesor, de quien ha alabado que haya dejado a la defensoría en "tan alto nivel", lo que le obliga a él a "llegar al mismo sitio y seguir avanzando".

   Aunque tampoco este jueves ha querido desvelar cuáles serán sus líneas estratégicas a seguir a partir de ahora, sí ha querido dejar claro que la "hoja de ruta" será la misma que, hasta este nombramiento, había seguido en el Comisionado para el Polígono Sur de Sevilla: la de escuchar "el grito de la calle" y "acompañar a las personas más vulnerables" en un momento como el actual, donde "asistimos a un deterioro de las conquistas sociales y un aumento de las desigualdades que está deteriorando el Estado del Bienestar y del que es difícil sustraerse".

   Maeztu, que ha hecho un breve repaso por su biografía para señalar que ahora recuerda "con orgullo" sus inicios en el "extrarradio gaditano", ha asegurado que se siente no sólo "afortunado" por hacerse cargo de la Defensoría sino también, precisamente por su currículum, "legitimado para responder con imparcialidad" a las demandas de los ciudadanos, algo para lo que, según ha advertido, hay que ser "consciente de la fragilidad humana" y, como condición sine qua non, "tener clara la prevalencia del interés general" de la sociedad.

"TODOS REMAMOS EN EL MISMO BARCO"

   Para ello, será básico el "consenso" y la "cultura del diálogo" con las administraciones, por lo que se ha comprometido a contribuir, "con la necesaria humildad", a conseguir que "todos" sean consciente de que "remamos en el mismo barco", es decir, en la defensa de los derechos y libertades de los andaluces y en la protección, ha añadido, de "las conquistas sociales conseguidas" en los últimos años, algo que ve peligrar a consecuencia de la crisis y la "economía especulativa".

   Así, Maeztu ha señalado que trabajará para que la Defensoría del Pueblo sea una institución "cercana" a los ciudadanos, a los que debe dar una respuesta "ágil y eficaz". Pero esto sólo será posible, ha insistido, si todas las administraciones "colaboran" y coordinan sus trabajos.

   En este punto, y tras reivindicar el "valor y la preminencia de la política como un trabajo honesto y comprometido" en pro de la cosa pública, ha apostado por la "transparencia y la ética" en la labor de las instituciones. "Apuesto también porque la Defensoría pase a ser sensible a las cambiantes necesidades de los ciudadanos y consciente también de las limitaciones de las instituciones", ha especificado para advertir de que habrá situaciones que le llevarán "incluso a pedir el cambio de la legalidad si fuera necesario".

EL DEFENSOR, MÁS NECESARIO AHORA QUE NUNCA

   Por su parte, el presidente del Parlamento andaluz, Manuel Gracia, que ha tenido palabras de agradecimiento y admiración por la labor desempeñada por los dos defensores que han precedido a Maeztu, Manuel Conde-Pumpido --encargado de poner en marcha la institución-- y José Chamizo --cuyo "legado está siendo reconocido al más alto nivel"--, ha valorado el "alto reconocimiento" que los ciudadanos otorgan a la Defensoría del Pueblo y ha recordado que, desde sus inicios en 1984, ha venido desarrollando una "función esencial en la defensa y promoción de los derechos constitucionales y de los amparados en el Estatuto de Autonomía".

   Así, la ha calificado como "fundamental" para la protección de los derechos básicos de los andaluces y como un instrumento que "equilibra la inicial desigualdad entre las complejas, automatizadas y poderosas administraciones, y quienes precisan la revisión de actuaciones o decisiones potencialmente erróneas".

   "El Defensor del Pueblo es la figura más cercana que rescata a miles de ciudadanos, asociaciones o empresas del mar de actuaciones o decisiones de la Administración; y estudia las reclamaciones de quienes solicitan su auxilio para ser protegidos en sus derechos", ha definido para resaltar que su "actuación es indispensable en todo momento" pero más si cabe ahora "cuando las dificultades arrecian y la necesidad acosa a muchos andaluces como consecuencia de la dura crisis económica que nos afecta".

   Es por ello, ha dicho, que ahora se "abre un tiempo nuevo", con un nuevo defensor, "en el que habrá que dar respuesta a los retos de una sociedad que ha cambiado, que es más compleja, y para la que no valen formas y actitudes ya superadas". Pese a ello, ha confiado en el trabajo que desarrollará Maeztu a partir de ahora porque, según ha valroado, "asume esta nueva responsabilidad tras una larga experiencia en el trabajo social" y siendo "conocedor del funcionamiento de las diversas administraciones, con una acreditada sensibilidad personal hacia aquellos que más precisan de la solidaridad y la protección de las instituciones".

   Tras advertir a Maeztu de que le queda por delante una "tarea  ingente", ha pedido al resto de administraciones e instituciones que muestren sus "necesarios y deseables apoyos para que tan decisiva  y  fundamental función se pueda desempeñar como todos deseamos" y lo ha felicitado "por haber recibido la confianza y el reconocimiento que significa esta elección".

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