En el caso de las floristerías, los responsables aseguran que las ventas se han reducido en un 50%. "Las ventas van muy flojas y la gente se acerca para preguntar precios, pero después no compran los ramos de flores", explicaba María José Cruz, de Floristería Bellido. Y es que no deja de ser "un gasto extraordinario", por lo que optan por regalar sin gastar mucho presupuesto.
Hoy y mañana, día de la celebración, son los más fuertes en las ventas. Las sorpresas de última hora y los encargos del día anterior agilizarán la actividad en las floristerías. "Muchas personas prefieren salir a cenar y gastar lo que pensaban en flores en un restaurante", decía Mª Belén López, de la Floristería Pétalo, que apunta, igualmente, a una bajada de venta en torno al 50%.
Sin embargo, ante tiempos de crisis las floristerías se preparan para ofertar productos más económicos con los que sorprender a la pareja. "Hay que ajustarse a la situación y por eso estamos vendiendo rosas y orquídeas individuales, sobre todo a los más jóvenes, que nunca han tenido dinero", decía Mª Luisa Expósito, de la Floristería Aguilera.
Un ramo con una docena de rosas rojas cuesta sobre los 48 euros, mientras que uno con flores variadas tiene un coste de entre 20 y 30 euros. Sin embargo, una sola rosa cuesta entre cuatro y cinco euros.
El sector de la pastelería está expectante a este sábado, ya que los encargos de tarta se producen a partir de mañana, pero es el día 14 cuando hay mayor movimiento. Los sabores de nata con fresa, chocolate o trufa son los más demandados en piezas de medio kilo, que tienen un coste no superior a los siete euros. "Trabajamos para restaurantes y este año no nos están demandando tantos postres para el Día de San Valentín como otros años", decía Mariola Gutiérrez, de La Casa de las Tartas.
Así, el sector de la hostelería también se ve afectado, pues los jienenses optan por salir de tapas en lugar de cenas organizadas en restaurantes.
Así lo han hecho saber en una encuesta realizada por VIVA JAÉN, en la que los ciudadanos explican que no rechazan la tradición pero se "apretarán el cinturón" en los gastos en regalos, no quedando exentas sus parejas de estos.
Las flores siguen siendo compradas por hombres y regaladas a mujeres, mientras que los artículos de joyerías o pastelería encuentran su lugar en ambos sexos. La invitación a cenar, de la que ambas partes se benefician, y los perfumes, son lo más regalado.
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