Un joven gaditado de 29 años de edad en situación de desempleo y sin prestación económica alguna se ha ofrecido a los vecinos de la barriada en la que reside en Cádiz para recoger la basura de todo aquel que lo requise a cambio de 50 céntimos de euro la bolsa.
Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press Televisión, este joven, Jesús Pardel, quien ha manifestado que se encuentra "en paro" desde hace tiempo y no recibe "ninguna prestación", por lo que la única ayuda con la que cuenta es la de su familia y la de sus suegros.
En este sentido, ha contado que actualmente reside con su mujer --de la que espera una niña que nacerá en los próximos meses-- en casa de sus suegros, si bien ante su inminente paternidad y la "desesperada" situación económica en la que se encuentra se ha visto obligado a "buscar una salida" para poder mantener a su familia.
"Se me ocurrió bajarle la basura a las personas mayores, sobre todo ahora que llega el invierno, o a cualquier persona que quiera ayudarme por 50 céntimos la bolsa, para buscar dinero para poder mantener a mi familia y sacarla adelante", ha afirmado.
De este modo, según la cantidad de basura y las necesidades de cada inquilino, este futuro padre de familia acude todos los días sobre las 21.00 horas a por las bolsas de deshechos de sus vecinos. Por el momento, son varios los que se han solidarizado con este joven a cambio de 50 céntimos, aunque mantiene la esperanza de que sean más personas las que necesiten sus servicios.
En esta línea, una de las vecinas de la barriada, Josefa, ha considerado como "muy buena" esta iniciativa del joven gaditano, sobre todo, ha dicho, "ahora que va a ser padre". "Todo lo que sea en beneficio para él está muy bien, lo necesita bastante", ha señalado visiblemente emocionada, al tiempo que ha indicado que "hay que ayudar al caído y no al que está levantado sobre todo en esta época".
Jesús, que es ayudante de cocina y camarero, se ha visto atrapado por los efectos de la crisis económica como muchos otros jóvenes españoles. También lo ha hecho su mujer, peluquera sin empleo. Ambos, probaron suerte en Francia, pero como relatan, el alquiler de un piso de una habitación en el país galo ascendía a 900 euros. Una cantidad que no pudieron soportar y decidieron volver a España. Ahora, a la "desesperada" y con ingenio quieren intentar sortear la crisis para que su hija pueda vivir en el país.
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