El presidente del comité de empresa, Ramón Linares, ha explicado que la compañía alega "problemas financieros y de liquidez" para cancelar el contrato del buque que "ya estaba en construcción", aunque "no estaba demasiado avanzado", puntualizó.
Según dijo, la primera consecuencia es la pérdida de un millón de horas de trabajo, por lo que el comité de empresa ha reclamado a la dirección de Navantia que se adopten "medidas urgentes para repartir el trabajo que tiene ahora el astillero" y que esta circunstancia tenga "el menor efecto posible en el empleo".
Finalmente, Linares argumentó que "aunque se pueda salvar este golpe a corto plazo", generará problemas "a medio plazo", principalmente para la industria auxiliar, puesto que se perderán "1.000 puestos" de la industria auxiliar que tenían previsto incorporarse a las obras de este buque en sus diferentes fases.
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