El acto se ha desarrollado en el antedespacho del Obispo, en la sede del Obispado ante más de medio centenar de empleados y colaboradores, que han querido despedir a D. Antonio Ceballos.
En primer lugar, el Vicario Judicial de la Diócesis, Pedro Velo, ha expresado, en nombre de todo el personal del Obispado, el cariño y el reconocimiento por su larga y fructífera labor episcopal. Velo ha señalado que con “su magisterio ha orientado en la fe a los gaditanos y ceutíes, y ha contribuido que el pueblo de Dios que peregrina en Cádiz y Ceuta se acerque más a Cristo y a la Iglesia”.
El Vicario Judicial ha terminado su discurso diciéndole a D. Antonio que: “Usted no se va, solamente, por algún tiempo se aleja unos kilómetros; usted seguirá siendo Obispo de Cádiz y Ceuta, aunque ahora tenga que llevar el adjetivo de emérito”.
A continuación ha tomado la palabra el Obispo, que ha agradecido las palabras del Vicario Judicial y ha mostrado su gratitud a las personas, clérigos y seglares, que han trabajado durante casi 18 años a su lado. D. Antonio ha recalcado que sin la ayuda de todos los que han colaborado durante todo este tiempo su función habría sido nula.
D. Antonio Ceballos, notablemente emocionado, ha terminado destacando el momento tan importante que atravesaron juntos como fue el cambio de milenio y agradeciendo el esfuerzo que han realizado todos por esta Diócesis.
El acto finalizó con un cerrado aplauso de todos los asistentes y con el Obispo despidiéndose uno por uno de todos ellos.
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